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¿Por qué no usar un ‘vaper’? Conozca los riesgos que toma al usarlo

En Colombia, la Ley 2354 de 2024 prohíbe el uso de vapeadores a menores de 18 años y lo restringe en espacios cerrados y públicos.

¿Por qué no usar un ‘vaper’? Conozca los riesgos que toma al usarlo
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El uso de los llamados vapeadores, que, aunque no han reemplazado del todo a los cigarrillos tradicionales, sí los ha desplazado de los estantes donde solían ser apilados normalmente y se han convertido en un artículo prioritario para muchas personas, especialmente adolescentes y jóvenes, ha prendido las alertas de las distintas autoridades sanitarias a nivel mundial por los peligros latentes que su consumo representa para la salud, trayendo consecuencias incluso más serias que las provocadas por sus predecesores de papel.

Estos dispositivos, cuyos fabricantes promocionan hábilmente con diseños llamativos y aromas agradables, en su mayoría funcionan a partir de una batería que calienta un líquido hasta transformarlo en un aerosol, el cual simula ser un vapor de agua pero que en realidad es una mezcla de sabores con nicotina, sustancia altamente adictiva y tóxica que amenaza seriamente el desarrollo cerebral de los adolescentes, una etapa que se extiende hasta cerca de los 25 años, y que puede aumentar el riesgo de adicción futura a otras drogas. Igualmente, en su fabricación son utilizados otros químicos asociados con distintos tipos de cáncer que al inhalarse ingresan al torrente sanguíneo y logran llegar al fondo de los pulmones.

“Si bien no se conocen cabalmente los efectos en la salud a largo plazo, sí sabemos que generan sustancias tóxicas, algunas de las cuales son cancerígenas y otras aumentan el riesgo de trastornos cardíacos y pulmonares. Los sistemas electrónicos de administración de nicotina también se han relacionado con una serie de lesiones físicas, incluidas quemaduras por explosiones o mal funcionamiento, cuando los productos no tienen el comportamiento esperado o son manipulados por los usuarios”, señala en un informe la Organización Mundial de la Salud (OMS), advirtiendo sobre cómo los vapeadores son perjudiciales para la salud y no son seguros. Asimismo, la OMS cuestiona la manera cómo son comercializados insistentemente entre los jóvenes, ahondando en la falta de leyes serias sobre el tema. “En la actualidad hay 88 países que no han fijado una edad mínima para poder comprar cigarrillos electrónicos, y 74 países no cuentan con normas que reglamenten estos productos nocivos”, apunta la organización. (Tiempo de calidad: clave para el bienestar de los hijos)

Positivo para nicotina

Lo que inicialmente fue lanzado como una opción sin tabaco aparentemente más saludable para quienes tienen el hábito de fumar, actualmente presenta un panorama preocupante por cuenta de varios estudios que relacionan el uso de estos dispositivos con distintos tipos de lesiones pulmonares. Uno de los más representativos, es el que han conducido los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos, que lo han descrito como lesión pulmonar asociada al cigarrillo electrónico o al vapeo (EVALI, por sus siglas en inglés), al tiempo que han alertado sobre cómo el 99 % de estos productos contiene nicotina en mayor o menor medida.

La entidad explica que cuando una persona es dependiente (o adicta) a la nicotina y deja de usarla, su cuerpo y su cerebro tienen que acostumbrarse a no contar con su presencia en el organismo, lo que puede provocar síntomas temporales de abstinencia. Por su parte, los CDC también subrayan que los jóvenes pueden recurrir a esta práctica para tratar de lidiar con la depresión o la ansiedad, creando un ciclo de dependencia de la nicotina y convirtiéndose en una fuente de estrés en sí misma y en un verdadero problema de salud física y mental.

Emisiones ajenas y otros riesgos

La OMS indica que, por lo general, los aerosoles utilizados en estos productos aumentan la “concentración de material particulado en los espacios cerrados”, al tiempo que contienen sustancias altamente tóxicas que plantean riesgos potenciales, tanto para los usuarios como para los no usuarios, como por ejemplo:

Partículas ultrafinas que pueden inhalarse profundamente hasta los pulmones.

Sabores como el diacetilo, una sustancia química relacionada con una enfermedad pulmonar grave.

Compuestos orgánicos volátiles.

Sustancias químicas que causan cáncer.

Metales pesados como níquel, estaño y plomo.

Mientras que las organizaciones de salud a nivel mundial continúan estudiando los efectos del vapeo a largo plazo, por el momento apuntan a varios de los ingredientes del aerosol de los cigarrillos electrónicos, como es el caso de algunos saborizantes, los cuales pueden ser seguros para comer pero no para inhalar, ya que el intestino puede procesar más sustancias que los pulmones. Por su parte, servicios de emergencias también han reportado cómo niños y adultos han sido envenenados al tragar, respirar o absorber el líquido de los cigarrillos electrónicos a través de la piel o los ojos. Asimismo, las baterías defectuosas de estos productos han provocado algunos incendios y explosiones, algunos de los cuales han provocado lesiones graves.

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