La búsqueda de alternativas educativas igualitarias en Colombia ha conllevado a una reflexionar sobre la importancia de la inclusión financiera como un elemento crucial para un mejor acceso a la educación superior. Considerando a la educación como la principal herramienta para el desarrollo, el acceso a la misma toma suma relevancia en este país donde según un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), se tarda 11 generaciones para superar la pobreza.
El último estudio de Situación Social presentado por BBVA Research refleja datos contundentes: En Colombia la pobreza tiende a aumentar en las personas que mantienen un nivel menor de inclusión financiera.
Esto impacta a los más jóvenes, entre 18 y 40 años y en las mujeres que tienen un acceso a productos financieros del 88,5% en comparación con el 95,3% de los hombres.
Y es que, con el contexto de la inequidad en la educación en Colombia, Matías Cohen CEO de la fintech Flevo, considera que existen una serie de obstáculos que reducen el acceso a la educación superior para muchos jóvenes. “Entre estas dificultades se presentan las barreras económicas, como el costo de las matrículas y los gastos asociados con la vida universitaria. Debemos trabajar en pos de brindar soluciones a quienes hoy no tienen oportunidades. Es la forma más directa de generar un impacto positivo en la sociedad y garantizarnos un futuro con mayor desarrollo”, comentó.
En relación a lo anterior, es importante remarcar los resultados del análisis del índice de inclusión financiera (IIF) elaborado por Credicorp. Por un lado refleja que los jóvenes entre 18 y 25 años tienen un nivel de inclusión financiera notablemente más alto que el resto de los segmentos. Por el otro, dicho informe también confirma la correlación que existe entre la educación, el desarrollo profesional, y el acceso a productos y servicios financieros. Resalta una clara diferencia estadística entre las posibilidades y oportunidades a las que puede acceder una persona con estudios de posgrado, versus otras con menores títulos académicos. (¿Eres joven y quieres conseguir trabajo? Estos 5 consejos te interesan).
De esa forma, ante los desafíos para financiar y disminuir la brecha en educación, emergen nuevas soluciones (más allá de las becas universitarias y subvenciones, hasta programas de trabajo-estudio y financiamiento colectivo). Hoy estamos viendo cómo las nuevas fintech están orientadas a mejorar el acceso a la educación, con créditos más accesibles y flexibles (tasas sin interés, sin necesidad de codeudor obligatorio, y sin costos ocultos), Diseñadas para facilitar y promover los estudios, brindando una opción más alcanzable y flexible para costear la educación. Incluso para aquellos estratos medios y bajos los cuáles cuentan con más dificultades para conseguir créditos.
“Al brindar más servicios financieros a los estratos más bajos, se abre la posibilidad de educarse, mejorar los ingresos y es que invertir en uno mismo, promueve el ascenso social y el desarrollo sostenible en el país”, puntualizó Matías Cohen.