Lo primero que se le viene a la mente a muchos padres al oír que sus hijos desean estudiar humanidades es que esas carreras no tienen futuro y que deberían dedicarse a otra cosa. También ocurre que les pregunten a sus hijos si están dispuestos a ser profesores toda su vida. Estas reacciones pueden hacer mella en los ánimos y las percepciones de algunos estudiantes, impidiéndoles enterarse de las alternativas no-académicas que el mercado laboral le ofrece a las humanidades.
El abanico de posibilidades es relativamente amplio, desde el trabajo en ventas y la conservación o restauración de archivos hasta la producción creativa. De acuerdo con Sandra Hidalgo, doctora en socioantropología de la educación, “a lo largo de estos programas, los estudiantes adquieren competencias que les permiten desempeñarse en diferentes segmentos empresariales, sin el requerimiento de una especialización o de un posgrado”.
Con todo, nunca está de más añadir un curso, capacitación o diplomado a la hoja de vida para incrementar las probabilidades de contratación. Antes de comenzar sus estudios, es igual de importante consultar la oferta de prácticas profesionales de los programas de humanidades del país y escoger la opción más conveniente.
Opciones por carrera
Artes visuales: dado el énfasis práctico y técnico de esta carrera, la mayoría se dedican a seguir perfeccionando su arte, volviéndose pintores, escultores, fotógrafos o cineastas (sean realizadores o directores de fotografía). Con algunos estudios complementarios, pueden volverse escenógrafos, maquillistas, diseñadores gráficos, ilustradores y artistas de efectos visuales. Los que no, también pueden unirse a museos, donde se desempeñarían como restauradores (conservan obras de arte) o curadores (organizan exposiciones). Le puede interesar: La importancia del área de humanidades en la formación profesional.
Filosofía: de acuerdo con Sandra Hidalgo, los pegresados de los programas de Filosofía se encuentran “en capacidad de idear, diseñar y ejecutar proyectos organizacionales en entidades del Estado como la Defensoría del Pueblo, o en ONG promotoras de derechos humanos, o de construcción de proyectos de paz, a nivel regional, nacional o internacional”.
Lenguas extranjeras: los profesionales en esta carrera tienen la posibilidad de desempeñarse en cualquier posición que requiera de un traductor para la lengua que aprendieron. En Colombia en particular, tienen una gran presencia en el turismo, sobre todo en el sector hotelero y en las visitas guiadas. La traducción simultánea y trabajar con agencias dedicadas a los negocios internacionales son otras de las opciones.
Literatura: además de ser escritores (el trabajo creativo es una opción de grado en algunas universidades), pueden trabajar en librerías y bibliotecas, lo cual requiere de cursos en ventas y estudios de bibliotecología. Desempeñarse como promotores de lectura, editores o correctores de estilo también es posible.
Música: al igual que las artes visuales, su énfasis tiende a estar fuertemente encaminado hacia la práctica, por lo que la mayoría de ellos se gradúan como intérpretes de un instrumento en particular y salen a tocar a orquestas o arman sus propias agrupaciones. Aquellos que no escogen este camino, se vuelven compositores (para cine, televisión, entre otros), arreglistas (aquellos que adaptan una composición a diferentes tipos de instrumentos) y a la producción musical (es decir, la parte de la música enfocada en que todo “suene bien” durante el proceso de grabación). Puede leer: Esto es lo que gana un músico en Cartagena: ¿se puede vivir del arte?