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Especial Construcción y Vivienda

Edificios verdes: una tendencia mundial que ya está en Cartagena

Además de las transformaciones estilísticas y tecnológicas que ha afrontado este sector a lo largo de la historia, la crisis del medioambiente establece nuevos modelos de obras que reducen el impacto ambiental, que ya están reglamentados en el país.

Edificios verdes: una tendencia mundial que ya está en Cartagena

Marina Bay Sands es un complejo de edificios en Singapur, reconocido por su estrategia de sostenibilidad que ayuda a minimizar su impacto ambiental, que incluye desde ahorro de energía hasta techos verdes que incluyen más de 250 árboles y 650 plantas. //123RF.

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Los jardines verticales son algunas de las estrategias más comunes de los edificios verdes. //123RF.
Los jardines verticales son algunas de las estrategias más comunes de los edificios verdes. //123RF.

Ahorrar energía y agua, generar menos contaminación e incluir zonas verdes son algunas de las formas en las que las nuevas obras deben contribuir a los problemas ecológicos del mundo. Poco a poco, el sector de la construcción ha aceptado que el paisaje urbano no solo contribuye a la degradación del medioambiente, sino también que debe tomar medidas para evitar que los nuevos inmuebles empeoren ese problema, e incluso remodelar el funcionamiento de los antiguos para comparecer ante las nuevas regulaciones. En otras palabras, ha llegado la hora de hacer edificios ecosostenibles.

En nuestro país, la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol) “fue seleccionada por la Corporación Financiera Internacional, parte del Grupo Banco Mundial, como su aliado local para implementar la estrategia Excelencia en Diseño para Mayores Eficiencias (EDGE, por sus siglas en inglés)”, según lo informa Sandra Forero Ramírez, presidente de esa agremiación.

La certificación EDGE, expone Forero, “exige que las edificaciones cumplan con parámetros de ahorro en: agua, energía, y energía incorporada en materiales. Además de edificaciones residenciales, se pueden certificar hoteles, bodegas, oficinas, edificaciones educativas y edificaciones para la salud”.

Otro estándar importante para las edificaciones ecológicas es la certificación de Liderazgo en Energía y Diseño Ambiental (LEED en inglés), que evalúa “el proceso integrativo de diseño, sitios sostenibles, localización y transporte, uso eficiente del agua y de la energía, calidad del ambiente interior, materiales y recursos, innovación y diseño, y aspectos de prioridad regional”, según explica Viviana Valdivieso, directora ejecutiva del Consejo Colombiano de Construcción Sostenible (CCCS).

Podría afirmarse que el proceso integrativo de diseño es el pilar de estos parámetros, ya que parte de la idea de que la sostenibilidad debe ser integral y definirse “de forma conjunta. Esto potencia la creatividad de los equipos de diseño y construcción, generando sinergias importantes entre los sistemas y componentes para alcanzar altos niveles de desempeño, condiciones de confort, así como beneficios ambientales y económicos”, afirma Valdivieso.

Perspectivas a futuro

El Documento 3919 del Consejo Nacional de Política Económica y Social (CONPES) de 2018, por su parte, reconoció la flaqueza institucional que existía en materia ambiental, pues detectó una “ausencia de la definición de criterios de sostenibilidad para todos los usos y dentro de la totalidad del ciclo de vida de las edificaciones, así como la débil implementación de la reglamentación existente”. Al mismo tiempo, es verdad que el panorama ha comenzado a cambiar.

Sandra Forero, presidente de Camacol, señala que “hay 300 profesionales formados y más de 70 expertos en EDGE acreditados distribuidos en todo el país. Frente a lo anterior, le apuntamos al crecimiento de un 20% de edificaciones sostenibles en todo el territorio nacional al 2024, lo que equivale a una de cada cinco edificaciones.”

Por su parte, Viviana Valdivieso, directora del CCCS, puntualiza que en el país hay 394 proyectos de edificaciones amigables con el medio ambiente. “178 de ellos ya han logrado la certificación LEED y otros 215 siguen en proceso. 19 proyectos han alcanzado la más alta distinción (LEED Platino), 86 la certificación en el nivel Oro, 49 en el nivel Plata y 24 en el nivel Certificado”.

Bajo su criterio, eso demuestra que “existe un mercado importante y dinámico para las edificaciones que aportan a mitigar el cambio climático, hacen un uso racional de los recursos, generan mayor valor a sus dueños y, sobre todo, tienen un efecto positivo en la salud, bienestar y felicidad de las personas”.

En la región Caribe hay 45 proyectos con enfoque ambiental que se basan en los estándares LEED, de los cuales ocho están certificados. Bolívar posee 14 de esas obras, todas en Cartagena, y una de ellas está certificada. Además de todo lo anterior, la CCCS gestiona un proyecto de viviendas sostenibles llamado CASA Colombia, que cuenta con “más de 2.200 unidades de vivienda en proceso de certificación y está pensado para la población de menores ingresos”.

La norma en Colombia

De las disposiciones legales que hay en el país para la construcción ecológica, la más completa es la Norma Técnica Colombiana (NTC) 6112 de 2016, donde se encuentra todo lo relacionado con las obras amigables con el medioambiente, en términos de permisos, estudios previos, programas de gestión, manejo y prevención de riesgo, utilización de recursos, selección de materiales de construcción, gestión social y documentación.

El Decreto 1285 de 2015 fue el primero en sentar las bases para una política de edificaciones sostenible, encaminada “a reducir los consumos de recursos naturales, para fomento la sostenibilidad ambiental, social y económica de las construcciones”. La norma contempla cinco medidas: ahorro de agua y energía, aplicación gradual de los nuevos estándares, certificación de los inmuebles que cumplieran con esos requisitos, seguimiento de los mismos, y creación de incentivos a nivel local.

La primera de esas regulaciones se materializó a través del la Resolución 0549. Allí se especifica que todos los establecimientos tienen la obligación de economizar entre un 15 % hasta un 45 % de energía, dependiendo del tipo de las funciones del local, el clima y la época del año, así como un 10 % o 45 % de agua según los mismos criterios. Así, por ejemplo, los hoteles en clima cálido tienen las mayores obligaciones y deben ahorrar 45 % en ambos recursos.

También es necesario mencionar normas como la Ley 1715 de 2014, que estableció la política de energías renovables y decreta que el Gobierno debe fomentar el uso de la energía solar en todo tipo de edificaciones. De igual manera, la Resolución 463 de 2018 de la Unidad de Planeación Minero Energética (UPME) plantea un conjunto de beneficios tributarios para los proyectos de eficiencia energética, como exenciones de IVA e impuesto a la renta.

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