Cuando estás por salir del colegio, pareciera que todo el mundo se vuelve experto en tu futuro. Te preguntan mil veces qué vas a estudiar, pero lo cierto es que muy pocos te explican las opciones reales. Elegir entre una carrera técnica o una profesional puede parecer una decisión de vida o muerte cuando se tiene 16 - 17 años, pero no tiene por qué ser así. Con información clara y autoconocimiento, la decisión se vuelve más tuya que de nadie más.
¿Carrera técnica o profesional? Esa es la cuestión (pero no el fin del mundo)
Las carreras técnicas tienen una gran ventaja: van al grano. Duran entre uno y tres años, te preparan para entrar rápido al mundo laboral y se enfocan en enseñarte cosas que vas a usar directamente en el trabajo. Son ideales si te gusta lo práctico, si quieres independencia económica pronto o si no estás para pasar cinco años en una universidad. Además, suelen ser más accesibles en costos y más flexibles en horarios.
Técnicas: aprender lo necesario, rápido y con rumbo al trabajo
Ahora bien, las carreras profesionales son más largas, claro, pero también ofrecen una formación más profunda. Suelen durar entre cuatro y cinco años y te dan una base sólida en teoría, contexto y pensamiento crítico. Si te ves liderando equipos, haciendo una especialización o investigando, una carrera profesional puede darte más herramientas para avanzar. Además, muchas empresas todavía priorizan títulos universitarios en algunos cargos de alto nivel.
Profesionales: formación a fondo para quienes quieren ir más allá
Lo que antes era una regla, hoy es solo una opción más. Hay técnicos que ganan más que profesionales porque están en sectores con alta demanda o porque dominan habilidades prácticas muy valoradas. Por ejemplo, un técnico en desarrollo de software, electricidad industrial o mantenimiento puede estar mejor pago que un profesional recién egresado de otra área. Hoy importa más lo que sabes hacer que el nombre de tu diploma.
El mito del “mejor título”: lo que realmente valoran hoy las empresas
Todo depende de tu estilo. Si eres alguien que aprende haciendo, que se aburre con tanta teoría o que quiere empezar a trabajar rápido, estudiar una técnica puede ser una jugada inteligente. Pero si sueñas con hacer carrera académica, te gusta analizar, debatir y estudiar a fondo los temas, lo profesional te puede dar ese espacio. Nadie puede decidir por ti: se trata de conocerte y asumir tu elección con responsabilidad.
¿Cómo saber cuál va contigo? Todo parte de conocerte
También hay quienes hacen ambas cosas. Hay jóvenes que empiezan con una técnica, se meten al mundo laboral, ganan experiencia y después deciden si quieren hacer una carrera profesional. Otros hacen la profesional y luego se especializan con una técnica para estar más preparados en lo práctico. Las combinaciones son válidas y hasta recomendables. Porque en este mundo cambiante, quien aprende más de un campo tiene más oportunidades.
¿Y si haces las dos? También es válido (y hasta estratégico)
Antes de tomar una decisión, siéntate contigo mismo y hazte preguntas reales: ¿qué me apasiona?, ¿cómo aprendo mejor?, ¿cuál es mi situación económica?, ¿qué me veo haciendo dentro de cinco años? No se trata de complacer a tus papás, ni de copiar lo que hacen tus amigos. Se trata de trazar un camino que te emocione, que te rete y que te permita crecer sin perderte en el intento.
Lee también: Test vocacional gratuito: descubre qué estudiar según tu personalidad.