Rafael Tono Vélez, el recién proclamado ‘Arquitecto del Año 2024′ por la Sociedad Colombiana de Arquitectos, SCA-Bolívar, asegura: “llevo la profesión en mi sangre”. Su padre, el arquitecto restaurador Rafael Tono Lemaitre es su gran inspiración y orgulloso recuerda que cuando empezó a trabajar a su lado, decía: “yo quiero ser como él”.
Al premio llegó postulado por un grupo de colegas amigos que vieron en él méritos suficientes para competir en tan preciado reconocimiento. En el premio compitió con otros cinco destacados arquitectos del departamento de Bolívar. (Lea aquí: Pensiones: Si gana más de 2,3 salarios mínimos, esta nota le interesa).

En entrevista con El Universal, Tono Vélez habla de su carrera profesional en España, de su retorno a Cartagena para vincularse al proyecto hotelero San Francisco, en el área que ocuparan el antiguo Club Cartagena, los viejos teatros de la ciudad, el Claustro San Francisco y otras edificaciones patrimoniales de ese sector del Centro Histórico.
Igualmente, se refirió al POT de la ciudad y al Plan Especial de Manejo y Protección, PEMP. Reveló las obras patrimoniales que más le gustan de la ciudad y su preferencia por grandes arquitectos que han dejado huella en el Corralito de Piedra.
A los jóvenes que desean ser arquitectos también les deja un mensaje: “El éxito no se mide por las riquezas que se acumulan, sino por la capacidad que uno tiene de transformar vidas. El mensaje es que valoremos el patrimonio material e inmaterial”.
Tras una exitosa carrera profesional en el exterior, Tono Vélez nos dice con firmeza: “Quiero trabajar por mi ciudad, seguir trabajando por la preservación de la cultura inmaterial, especialmente de Getsemaní, aportar para que Cartagena sea cada vez mejor”.
Los arquitectos no solo estamos para construir casas o edificios, o para restaurar monumentos. También estamos para construir y restaurar el tejido social de las comunidades”:
Rafael Tono Vélez, 'Arquitecto del Año 2024'.
A continuación las respuestas a los interrogantes de El Universal:
¿Como arquitecto qué es lo que más admira de la arquitectura de Cartagena?
“Sobre todo la arquitectura colonial y republicana, porque refleja una época de la ciudad, responde a unas dinámicas históricas muy importantes y entre todos tenemos que luchar por su preservación”.

¿Cuál de esas obras, de arquitectos famosos, le llama más la atención o le inspiran?
“Sí, de Luis Felipe Jaspe Franco, cartagenero – responsable de obras como El Camellón de los Mártires, Iglesia de la Merced y el Teatro Adolfo Mejía, entre otras- que no era arquitecto, era empírico, pero dejó muchas obras importantes en la ciudad. Igualmente a Gastón Lelarge, arquitecto francés, que diseñó el antiguo Club Cartagena, que hoy estamos recuperando, y otras obras emblemáticas en Cartagena”.
¿Cuál es la mayor amenaza que tiene la arquitectura del Centro Histórico de Cartagena?
“Cartagena es patrimonio de la humanidad y no es viable a mediano y largo plazo con el problema del calentamiento global que sufre ese sector y otras zonas de Cartagena y del mundo. La ciudad se tiene que preparar y es un trabajo colectivo, no solo de las administraciones públicas, sino de los mismos ciudadanos. El problema crece cada año, el nivel del mar sube, las lluvias son cada vez más intensas. Nosotros aquí, en este proyecto, aportamos un grano de arena con la renovación del espacio público que hicimos alrededor del proyecto, para quedar por encima del nivel de las inundaciones, se hizo una red de drenaje auxiliar, un mejoramiento del espacio público, digno de una ciudad patrimonio de la humanidad. Las intervenciones mitigan el problema, pero la solución son una bombas que ayuden a evacuar el agua, que existieron en el Parque del Centenario, pero se dañaron y no se repusieron”.
¿Qué le motivó llegar al premio ‘Arquitecto del Año 2024?
“A mi me postularon, me pidieron mi hoja de vida y las ejecutorias de 2024, que básicamente fueron el manejo del espacio público frente al proyecto San Francisco y el manejo con la comunidad de Getsemaní, con las placas QR y tuve el honor se haber sido escogido? Yo recibí el premio en nombre de todo el equipo del proyecto San Francisco”.
San Francisco, más allá de un proyecto hotelero ¿Qué significado tiene para Getsemaní y para el patrimonio de Cartagena?
“Este es un trabajo de un equipo, un esfuerzo colectivo de muchas personas desde artesanos maestros, arquitectos, ingenieros, funcionarios públicos, porque el proyecto requirió de un PEMP propio con el Ministerio de Cultura. Ha sido un camino largo, muy satisfactorio en muchos campos, pero también con momentos muy difíciles y complejos que te dejan muchas enseñanzas. En estos 13 años he cumplido varios roles en el proyecto: 9 años como gerente del proyecto, luego gerente de proyectos especiales y actualmente es el gerente de Sostenibilidad. En el proyecto San Francisco participan más de 100 profesionales de varias disciplinas”.
“El proyecto tiene ingeniería civil, con un sótano complejo; arqueología, restauración de dos edificios monumentales de patrimonio nacional como son el antiguo Club Cartagena y el Claustro San Francisco, obras nuevas, paisajismo, urbanismo, mejoramiento del espacio público del entorno y un componente social que incluye al entorno, Getsemaní, una comunidad que vive en un barrio patrimonial, y la vida de barrio de ese sector es patrimonio inmaterial, que está en grave amenaza de desaparecer, desde que salió el mercado público en El Arsenal y empezaron a vivir un proceso de gentrificación lento y sostenido, que se ha agudizado en los últimos 10 años. Getsemaní está encaminado a que le pase lo que le pasó a San Diego hace 30 años, que se volvió un museo al aire libre, con todas las casas restauradas, pero les falta el alma que es la gente de aquí, que es el alma del barrio y no podemos permitir que eso se pierda. Hoy en Getsemaní quedan menos de 600 habitantes”.

¿Qué ha hecho el proyecto San Francisco para evitar la gentrificación de Getsemaní?
“Se han hecho muchas acciones, programas y proyectos encaminados a preservar ese patrimonio. Todos los años los apoyamos en sus manifestaciones culturales: campeonato de bola de trapo, Festival de Cuchara de Palo, Cabildo de Getsemí, Festival del Barrilete y durante tres años se editó la revista El Getsemanicense, que visibiliza la comunidad de Getsemaní ante el resto de Cartagena. Fueron 46 ediciones durante tres años y nació con el objetivo de generar sentido de pertenencia, que tanta falta nos hace en Cartagena y resaltar la cultura de Getsemaní, entre otras cosas”.
“Con la Fundación Santo Domingo lanzamos el proyecto ‘El legado getsemanicense’, una apuesta de divulgación cultural, que permitió que todos los contenidos de la revista quedara plasmado en unas placas QR que pusimos en los sitios más emblemáticos del barrio con la información histórica y cultural de cada sitio en particular”.
“También hemos apoyado el Plan Especial de Salvaguarda para declarar la vida de barrio de Getsemaní como patrimonio inmaterial de la Nación, ya hay un documento en su etapa final, se socializó. -A finales de diciembre, cuando se realizó esta entrevista - se esperaba radicar ante el Ministerio de Cultura, eso se articula con lo que se trabaja con el PEMP de la ciudad, para que allí queden algunos ajustes en las normas, encaminadas a preservar la vida de barrio en Getsemaní”.
¿En qué beneficia estas iniciativas a quienes aún residen en Getsemaní?
“Si ajustamos la norma urbanística en Gestemaní, de alguna manera desestimulamos la especulación inmobiliaria, para evitar que la gente termine vendiendo su inmueble y se mude del barrio, que es lo que no queremos. Hay que revisar el Impuesto Predial de las personas que viven en un barrio patrimonial, para que tengan unos incentivos y les alivie la carga, la responsabilidad que tienen de mantener una casa que es patrimonio y que cuesta mucho dinero su mantenimiento y restauración. Igualmente, revisar los estratos”.
¿Cómo ve la vigilancia institucional del patrimonio de la ciudad?
“A nosotros, a nuestro proyecto, nos han controlado mucho y agradezco todas las visitas, pero a nivel general sí pienso que hay que reforzar los equipos de control porque hay muchos ciudadanos que piensan que pueden hacer aquí lo que quieran. Se necesita que ambas parte, el ciudadano y las autoridades entiendan que no se puede hacer lo que se quiera.
¿Hay en la ciudad una institucionalidad fuerte para cuidar el patrimonio?
“Yo creo que se están dando los pasos en la dirección correcta. Cartagena sufrió muchos años de falta de institucionalidad. En un periodo de 10 años pasaron no se cuántos alcaldes y las políticas no eran continuas, eran de muy corto plazo. Siento que ahora se están haciendo cosas, no sé si eso que se quiere hacer con el Gran Malecón del Mar o la Ciudad Deportiva de Chambacú responde a un Plan Maestro de Ciudad, quiero pensar que sí, porque esas cosas se tienen que pensar de manera integral. ¿Cómo queremos a la ciudad dentro de 15, 20 o 30 años? Que no sean proyectos aislados, sino que tengan un contexto a largo plazo y eso se hace con un Plan Maestro de ciudad”.
Tono Vélez recordó que hace parte de la Fundación Centro Histórico. “Con ellos hacemos diversas acciones encaminadas a que en el Centro Histórico podamos convivir todos, bares, discotecas, hoteles, residentes, pero entre todos tenemos que cumplir las normas para que la convivencia sea sostenible. Esa es la filosofía que tiene el Centro Histórico”.
¿Además del antiguo Club Cartagena, alguna otra edificación patrimonial de la ciudad le cautiva?
“El Parque Centenario me llama la atención. Es un lujo y está en el corazón del Centro Histórico y entiendo que lo van a intervenir. Eso es un lujo para la ciudad, aunque lo que nos pasa en Cartagena es que no tenemos una cultura de mantenimiento de los espacios públicos. Las cosas se hacen, pero no tienen un doliente, ni un presupuesto. La administración pública no puede sostener tanta área pública y con la Fundación Centro Histórico estamos trabajando con una figura canadienses que se llama Distrito de Mejoramiento de Negocios, que ya en Bogotá opera y se llama Demos, Distrito Especial de Mejoramientos y Organización Sectorial. El Parque del Centenario es un Demos. Estos demos consisten en que organizaciones sin ánimo de lucro coadministren unos espacios determinados, para que haya un doliente de ese espacio, y todos los ingresos que genera ese espacio por aprovechamiento del espacio público, parqueaderos de Zona Azules, eventos que se hagan allí entran a la cuenta de esa organización, que tiene la obligación de reinvertirlos en esos espacios para mantenerlos. No es privatizar, es coadministrar para que los espacios permanezcan bien mantenidos”.
¿Cómo profesional tiene un gran sueño con un proyecto para la ciudad?
“Antes de irme para España, yo trabajé un año con mi papá en la restauración de la sede del Banco de la República en Cartagena (plaza de Bolívar) y yo decía, “yo quiero ser como él”. No descarto especializarme en restauración”.
Rafael Tono recuerda que su bisabuelo era presidente del Club Cartagena cuando se inauguró ese edificio, el 8 de noviembre de 1925. Hoy está restaurado.
¿Algo más en especial le gustaría hacer por la ciudad?
“Yo feliz de seguir aportándole a la ciudad, pero esto tiene que ser entre todos, para que Cartagena mejore cada día más. Estoy totalmente disponible a seguir empujando para que las cosas se den de una manera positiva”.
La ciudad tiene más de 20 años que no actualiza su POT, Plan de Ordenamiento Territorial. Hoy está abierto el debate para su adopción ¿Qué le aportarías a esa herramienta?
“El POT y el PEMP normalmente tratan el patrimonio material, pero hay que tener en cuenta la gente. No solo las piedras, las casas y las calles, para que las normas vayan de acuerdo con eso. Quiero ver la ciudad más amigable, menos hostil”.
¿Cómo ve la ciudad de la periferia?
“La ciudad desafortunadamente es muy desigual. Hay necesidades insatisfechas para mucha población, muchos asentamientos irregulares. Es una tarea pendiente que tenemos para darle a estos ciudadanos una vida digna, que tengan un empleo digno. Cartagena no es solo murallas, no es solo en el Centro Histórico, Manga o Bocagrande, hay toda una periferia que también es Cartagena y se tiene que lograr dignificar a todas esas personas”.
¿Qué piensa de los grandes proyectos de infraestructura de la ciudad, como el nuevo Aeropuerto?
“El aeropuerto -Rafael Núñez- ya se quedó pequeño y una ciudad como la nuestra requiere de un aeropuerto de mayor capacidad. El actual se quedó corto y no corresponde a una ciudad como Cartagena. Comparto la idea del nuevo aeropuerto, pero ojalá hubiéramos hecho un mega-aeropuerto compartido con Barranquilla, eso hubiese sido lo ideal para mi. Dejar el aeropuerto allí – en Crespo- estrangula el crecimiento de la ciudad. Bueno que lo hagan en Bayunca”.
En el Centro Histórico podemos convivir todos, bares, discotecas, hoteles, residentes, pero entre todos tenemos que cumplir las normas para que la convivencia sea sostenible”:
Rafael Tono Lemaitre, 'Arquitecto del Año 2024'
¿Cómo se vislumbra Rafael Tono 20 años más adelante?
“Después de estar más de una década fuera del país quiero echar raíces en Cartagena, quiero trabajar por mi ciudad, seguir trabajando por la preservación de la cultura inmaterial, especialmente de Getsemaní, aportar para que Cartagena sea cada vez mejor”.
¿Qué mensaje darle a aquellos jóvenes que quieren ser arquitectos como usted?
“Los arquitectos no solo estamos para construir casas o edificios, o para restaurar monumentos. También estamos para construir y restaurar el tejido social de las comunidades. Para mi es de mucho orgullo que otros proyectos sigan nuestro ejemplo y que lo hagan mejor, porque así estamos construyendo país. El éxito no se mide por las riquezas que se acumulan, sino por la capacidad que uno tiene de transformar vidas. El mensaje es que valoremos el patrimonio material e inmaterial”.

Los méritos del ‘Arquitecto del Año 2024′
Rafael Tono Vélez es un arquitecto cartagenero, egresado de la Universidad Javeriana, en Bogotá. Fue elegido recientemente el ‘Arquitecto del Año 2024′ por la Sociedad Colombiana de Arquitectos, SCA-Bolívar “Por su meritoria labor en pro de la salvaguardia y restauración del patrimonio arquitectónico de Cartagena al frente de las obras del Four Seasons Hotel y Residencias Privadas Cartagena, conjunto monumental de máximo significado histórico y valoración de su entorno sociocultural”. Tienen un máster en administración de empresas en España. En ese país laboró con una compañía multinacional británica de gerencia de proyectos, durante 10 años.
En 2011 decide regresar a Colombia, a su natal Cartagena de Indias, y se vincula al proyecto hotelero San Francisco, en Getsemaní, proyecto que ya avanza en su fase final y al cual Tono Vélez ha estado vinculado durante 13 años, desde su concepción. “Trece años son la mitad de mi vida profesional”, resume. (Lea aquí: Las tres zonas más dinámicas para la venta de vivienda en Cartagena).