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Finanzas personales: principales fuentes de estrés en Colombia

El estrés financiero afecta la salud mental y física; educación financiera y apoyo psicológico son claves para mitigarlo.

Finanzas personales: principales fuentes de estrés en Colombia

La mala gestión financiera impacta en la salud de las personas.

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Según el estudio de Cigna ‘Covid-19 Global Impact’, las finanzas personales y la situación económica familiar se han convertido en principales fuentes de estrés en países como México, Colombia, Perú y Brasil después del COVID-19. Este tipo de estrés puede elevar los niveles de cortisol, señalando que el cuerpo está en un estado de lucha o huida interna, lo que impide el correcto funcionamiento de todos los sistemas indispensables para la supervivencia.

El estrés financiero surge como resultado de problemas económicos que generan pensamientos excesivos, alterando el sueño y evitando que el cuerpo descanse adecuadamente.

Esto provoca una sensación de vulnerabilidad y escasez. Una buena gestión de la salud financiera y la adopción de métodos que generen calma son fundamentales para prevenir este tipo de estrés, buscar soluciones y evitar posibles efectos negativos en la salud física y mental.

La mala gestión financiera puede impactar directamente en la salud de las personas, provocando insomnio, depresión, alteraciones del sistema inmune y problemas cardiovasculares, entre otras afecciones. Esta sintomatología, junto con la falta de concentración, sensación de cansancio constante o cambios de comportamiento (irritabilidad, apatía, tristeza, etc.), podría afectar tres aspectos clave para el bienestar emocional: la familia, el entorno social y el contexto laboral. Lea también: Los líderes empresariales de Iberoamérica tienen su cita en Cartagena.

La tensión financiera puede manifestarse físicamente a través de síntomas como dolores de cabeza persistentes, molestias en los hombros, sensación de pesadez en los ojos y fatiga extrema. Además, suele causar insomnio, depresión, alteraciones del sistema inmunológico y problemas cardiovasculares, entre otras afecciones. Enfrentar el estrés financiero es crucial para mantener un equilibrio emocional y físico en la vida cotidiana.

La doctora Mejive Majjul, especializada en neurología y vocera de Heel Colombia, aconseja el uso de medicina biorreguladora para reducir los niveles de cortisol, logrando así una calma que permita buscar soluciones efectivas para tener un control sobre las finanzas. “Establecer prioridades de gastos, identificar gastos innecesarios y lograr conciliar el sueño evita que las personas se levanten cansadas y estresadas”, señala la doctora Majjul.

Incorporar el hábito de ahorrar de manera consistente es fundamental para prevenir el estrés financiero.

Acumular un fondo de emergencia puede ofrecer seguridad frente a imprevistos y disminuir la presión económica. Actualmente, es crucial promover en niños, jóvenes y adultos la valoración de una salud financiera sólida a través de diversas herramientas y acciones que les brinden los conocimientos necesarios para ahorrar y, eventualmente, invertir.

Esto permitirá a las personas llevar una vida tranquila, sin tener que enfrentar el estrés financiero que puede convertirse en una fuente de angustia diaria y problemas para la salud. No todo el mundo reacciona de la misma manera ante el estrés provocado por problemas financieros, por lo que es importante prestar atención a posibles comportamientos perjudiciales como la adicción al juego o al alcohol, y buscar ayuda psicológica si es necesario.


 La clave para mitigar el estrés financiero radica en la educación y la planificación.

Es fundamental que desde temprana edad se enseñen conceptos básicos de finanzas personales, como el ahorro, la gestión de deudas y la inversión. De esta manera, las futuras generaciones estarán mejor equipadas para enfrentar desafíos económicos sin que estos se conviertan en fuentes de estrés crónico.

Organizaciones y gobiernos en América Latina han comenzado a implementar programas educativos y talleres comunitarios enfocados en la alfabetización financiera. Estos programas no solo buscan brindar conocimientos teóricos, sino también ofrecer herramientas prácticas que las personas puedan aplicar en su vida diaria. La colaboración entre el sector público y privado es esencial para el éxito de estas iniciativas, garantizando que los recursos lleguen a quienes más los necesitan.


 Además, el apoyo emocional y psicológico juega un papel crucial.

La promoción de servicios de salud mental accesibles y de calidad puede ayudar a las personas a manejar el estrés financiero de manera más efectiva. Terapias cognitivas y conductuales han demostrado ser eficaces para tratar la ansiedad y la depresión relacionadas con problemas económicos.

En el ámbito laboral, las empresas también pueden contribuir a la reducción del estrés financiero entre sus empleados. Programas de bienestar financiero, asesorías personalizadas y beneficios como la ayuda para la planificación de la jubilación o la gestión de deudas pueden ser de gran ayuda. Un trabajador que siente seguridad en su situación financiera es, a su vez, más productivo y comprometido con su trabajo.


 La comunidad y el apoyo social son pilares fundamentales para enfrentar el estrés financiero.

Fomentar una cultura de solidaridad y apoyo mutuo puede hacer una gran diferencia. Grupos de apoyo y redes comunitarias pueden ofrecer un espacio seguro donde las personas puedan compartir sus preocupaciones y encontrar soluciones conjuntas.

El estrés financiero es un problema multifacético que requiere un enfoque integral para ser manejado efectivamente. La educación financiera, el apoyo emocional y psicológico, y la creación de redes de apoyo sólido son estrategias clave para mitigar sus efectos. Cuidar de nuestra salud financiera no solo nos permitirá enfrentar mejor las adversidades económicas, sino también mantener un bienestar físico y emocional que es esencial para una vida plena y saludable.

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