Tener un celular plegable por estos días es un verdadero lujo. Los dispositivos que en el 2004 fueron la sensación, desde hace tres años regresaron en versiones más avanzadas y con precios bastante elevados en comparación con otros smartphones del mismo segmento, la gama alta.
En el mercado actual está la nueva versión de Motorola: 19 años después de su Razr V3 lanzó los Razr 40 ultra y Razr 40. El primero tiene un precio de $9 millones en Colombia, mientras que el segundo, que próximamente llegará al país, costará $6 millones. Lea también: Venta de vivienda nueva no encuentra la senda de crecimiento
Samsung y Oppo también le están apostando a este tipo de equipos. Es decir, tres gigantes de la industria de los móviles se pelean en el terreno de los plegables.

En 2020, luego del lanzamiento del Galaxy Z Fold, Samsung comenzó a mandar la parada en esta nueva era de los remakes de los plegables cuando presentó el Galaxy Z Flip: un teléfono que se pliega por la mitad y puede mantenerse en pie por sí solo. En 2021 sacó el Z Flip3, al año siguiente el Z Flip4 y hace menos de un mes hizo el lanzamiento mundial del Z Flip5 que a diferencia de los anteriores tiene la pantalla de la cubierta más grande (3,4 pulgadas). Su valor: $6 millones en preventa. Mientras que la última versión del Fold, el Galaxy Z Fold5 de 1 terabite, cuesta $11 millones.
Por el lado de Oppo, el fabricante chino compite con el Find N2 Flip que lanzó a principios de este año, pero que todavía no ha llegado a Colombia. Un smartphone de 7.45 mm al abrir, con pantalla externa vertical de 3,26 pulgadas y un precio de 962 dólares (unos $3,9 millones).
La razón de los precios altos
Armando Rangel es el gerente de Producto de Motorola y explicó que el segmento de los celulares plegables es más costoso principalmente por la tecnología con que son fabricados. Son innovaciones especializadas que permiten abrir y cerrar el equipo al nivel de las exigencias del usuario.
Específicamente, esas tecnologías son la parte de la bisagra que tiene que ser rediseñada, lo que requiere procesos más complejos. En otras palabras, que sean más resistentes en comparación con los celulares tradicionales para que permitan el despliegue. A eso se suma que traen baterías más potentes, sistemas de cámaras avanzados y pantallas flexibles que requieren más ingeniería y son más costosas de fabricar. Lea también: El déficit comercial de Argentina crece 34% en comparación con julio de 2022
Por su parte, Juan Maldonado, gerente de comunicaciones en Oppo Colombia, explicó que estos equipos además traen incorporados un desarrollo de software exclusivo (por el factor de forma), el cual todavía no ha logrado una producción masiva. “Estos componentes aún no se encuentran disponibles en gran volumen, lo suficiente como para que los fabricantes puedan conseguirlos a escala”, dijo.
La resistencia en materiales y pruebas de calidad son también un factor importante, debido a que de esta manera se asegura la vida útil del smartphone por más tiempo.
¿Equipos de nicho?
Sobre la masificación de estos celulares, Maldonado dijo que del tiempo dependerán las ventas y el crecimiento del segmento. “En el 2022, las ventas de dispositivos plegables crecieron en un 75,5%, lo que demuestra que cada vez son más las personas que optan por este tipo de dispositivos”.
Esto significa que si las ventas continúan a ese ritmo, seguramente en poco tiempo se puede tener mejor acceso a los materiales de producción que están relacionados con su precio.
Y es que los teléfonos plegables le apuntan a un nicho premium no solo por los materiales con los que son fabricados, sino también por las innovaciones tecnológicas que integran como los laterales de aluminio o la cubierta de vidrio resistente a huellas digitales que los hacen dispositivos propios de la gama alta.