La que en 1861 nace como una casa comercial, en aquel resurgir de la Cartagena poscolera de 1849 que narró Eduardo Lemaitre, en su libro ‘Breve historia de Cartagena’, y que fue el fruto de la tenacidad y el espíritu emprendedor de Rafael Del Castillo, más de un siglo y medio después es considerada la empresa familiar más antigua de Colombia.
Permanecer vigente a través de tantas décadas es un privilegio que pocas empresas de su tipo tienen en el país, y mucho menos en Cartagena, donde de los grandes emprendimientos del pasado, solo quedan sus historias, y salvo contadas excepciones, algunas las empresas perduran por más de un siglo.
En medio de tantas pugnas familiares por mantener un gobierno corporativo cohesionado, en medio de los cambios de los mercados, de los cambios en los hábitos de los consumidores y en medio de la creciente competencia y el auge de las nuevas tecnologías, 3 Castillos es todo un referente para los emprendedores en Cartagena.
Pero cómo esta casa comercial de bienes varios se transforma hasta convertirse en la cuarta empresa molinera del país.
La historia empieza por convertirse en molino de trigo en 1941. Ese molino lo fundan tres familiares de apellido Del Castillo, que al final definen el nombre de la compañía. Quienes crecieron en esa época aún se acuerdan de la celebre Harina 3 Castillos, uno de los iconos de la compañía.
La historia también señala que esa casa comercial nació en el Centro Histórico, entre las calles del Candilejo y Román.
Pero antes que surgiera el Molino 3 Castillos, la dinámica industrial de Cartagena vio nacer, en 1933, la Compañía Harinera Industrial, de otra familia cartagenera, empresa creada en el barrio Manga, con la que durante muchos años y hasta el 2006, le tocó competir en el mercado local a 3 Castillos, hasta que se logró la fusión.
¿Pero qué motivó la fusión? Sebastián Hoyos, gerente Administrativo y Financiero de la compañía 3 Castillos, asegura que las sinergias de las dos empresas motivaron esa movida. 3 Castillos era más grande, más reconocida y la Compañía Harinera tenía una mayor portafolio de productos especializados, orientados a diversos segmentos del mercado.
El negocio sigue en harina de trigo, y con la adquisición en 2015 de Molinos Barranquillita, se amplía el portafolio con dos plantas productivas de harina de maíz precocida y pastas cortas y largas.
Para uno de sus más recordados gerentes, Jairo Vélez, ya fallecido, las claves para mantener vigente a la empresa han sido cuatro: “una, la capitalización de utilidades; otra, el reparto comedido de dividendos a los socios; tres, el cumplimiento de todas las normas regulatorias y cuatro, tal vez la más importante, el empoderamiento de nuestra gente. Le hemos trabajado mucho a la responsabilidad social corporativa interna y hemos empoderado a nuestros gerentes, a nuestros jefes de departamentos donde ellos sienten que la empresa es de ellos y eso ha creado una dinámica extraordinaria en la empresa”, señaló el extinto ejecutivo en entrevista a El Universal el 18 de noviembre de 2019.
Otra visión del porque esta es una empresa de largo aliento lo tiene el mismo Sebastián Hoyos. “Esta ha sido una empresa de manejo muy responsable, con toda la responsabilidad social que ello implica, para manejar una empresa de manera sostenida, con un manejo impecable de su gobierno corporativo, con reglas claras de sus dueños y de la empresa con el mercado. 3 Castillos se ha caracterizado en ser ejemplo de cómo hacer los negocios, de honrar la palabra, de cuidar los empleados, clientes y proveedores. Otra cosa muy importante es que la empresa no ha sido nunca renuente a adaptarse a los cambios, a reformular sus caminos, a repensarse cada vez que la coyuntura o los tiempos se lo exijan y eso es clave. Nace como comercializadora, se fusiona con un competidor, incursiona en los mercados externos.... la historia de 3 Castillos seguirá siendo apalancada en esa capacidad de adaptación y de resiliencia a los retos de cambio que van a haber”.
Hoyos también destaca que la empresa ha tenido extraordinarios gerentes y líderes que han obrado con buen ejemplo, con perfiles de seres humanos y principios. Menciona a su cofundador Rafael Del Castillo, a Ramón Del Castillo Restrepo, el exgobernador de Bolívar; a María Teresa Del Castillo y a Jairo Vélez (Q.E.P.D.), entre otros.
Pero no todo ha sido color de rosas para esta compañía, de los momentos más difíciles - recuerda Hoyos- está la muerte de su gerente Jairo Vélez, a comienzos de 2020. Pero también retos logísticos y situaciones de orden público nacional que dejaron complejidades a la hora de hacer los negocios.
Las metas de la compañía son de “ampliar su participación en el mercado de consumo masivo y consolidarse como una gran empresa de alimentos, acompañada de una transformación tecnológica para mejorar la experiencia con los clientes, mejoras datos, tener una mejor logística, en línea con los retos de la nueva era”, sostiene Hoyos.
3 Castillos es pues un referente de los emprendimientos perdurables que nacieron en aquellas épocas florecientes del empresariado cartagenero y que son las que requiere la Cartagena de hoy y del futuro.

