El mercado de semillas certificadas en Colombia mueve anualmente unas 40 mil toneladas.
Los cultivos de arroz, maíz, algodón, pastos y algunas leguminosas, como la soya, concentran buena parte de ese volumen.
Sin embargo, para este segundo semestre del año cuando se proyectan nuevos cultivos, la Asociación Colombiana de Semillas y Biotecnología (Acosemillas), a través de su gerente general, Leonardo Ariza, alertó a los productores sobre la necesidad e importancia de adquirir semillas certificadas.
“Para el caso del algodón tenemos una campaña contra la piratería de semillas, que vemos con preocupación que ya hemos alcanzado casi el 30% de semillas piratas, que en años anteriores no se tenían esos niveles”, dijo Ariza.
Agregó que en el segundo semestre se espera sembrar casi la mitad de la producción algodonera del país para este año, en especial en la zona de la Costa Caribe, puntualmente en Córdoba. La siembra debe empezar entre agosto y septiembre.
El dirigente explica que el problema radica en que la semilla de algodón que se siembra en el mundo, en un 95% es transgénica, que es más resistente, y tiene una buena calidad de fibra.
En Colombia, por bioseguridad, la norma indica que no están autorizados los productores a dejar semillas para sus próximas cosechas, como pasa en cultivos de arroz y maíz.
“Muchos productores de algodón han dejado semillas de cosechas anteriores y las quieren utilizar, lo que no es sano. Las semillas se degeneran y pierden propiedades genéticas, fisiológicas y genéticas y no es bueno almacenarlas. En el caso de la piratería algunos ‘avivatos’ cosecharon algodón y dejaron semilla para comercializar, lo cual es prohibido por la resolución 3168 del ICA. No creo que llegue semilla de algodón de contrabando al país, sino que hay un uso indebido de esas semillas transgénicas”, precisa el ejecutivo de Acosemillas.
“El mensaje para los productores es que consigan semillas certificadas por el ICA, que garantizan mayor rendimiento y menos uso de agroquímicos. Hay que acudir a los distribuidores reconocidos. Las asociaciones de algodoneros y almacenes de insumos formales tienen semillas certificadas. También es importante verificar la etiqueta del ICA”, insiste Ariza.
El algodón ha venido disminuyendo las áreas de siembra en Colombia de manera dramática. A finales de los 80 se tenían 300 mil hectáreas y hoy difícilmente se llega a 20 mil hectáreas, la mayoría en Córdoba y Tolima.
En la última década las áreas de siembra pasaron de 43.720 hectáreas en 2010 a 18.329 en el 2019; y según proyecciones de Conalgodón, para este año se cerraría con 8.617 hectáreas y para el 2021 unas 15 mil hectáreas, de las cuales 7 mil estarían en la Costa Caribe. En ese mismo periodo la producción pasó de 35.717 toneladas en 2010 a 16.898 en 2019. La proyección para el 2021 es de 15.900 toneladas.
La producción nacional no alcanza a satisfacer plenamente la demanda nacional y solo equivale al 28% del consumo aparente y las importaciones representan el 71%. En el 2019 se importaron 15.892 toneladas de algodón. También se compraron en el exterior 567 toneladas de filamentos sintéticos y 25.435 toneladas de fibras sintéticas discontinuas.
Sin embargo, según Acosemillas, se espera sustituir con producción nacional el 50% de las importaciones de algodón y para ellos se busca llegar a las 50 mil hectáreas cultivadas en 2022.




