Verónica Artola Jarrín hace historia en la banca de América Latina no solo por sus capacidades y por ser mujer. Es la gerente General del Banco Central del Ecuador (BCE) y la más joven (37 años) dentro de las de su género en toda Sur América y la segunda con menor edad en Latinoamérica, después de su homóloga de Honduras.
Lleva cerca de dos años al frente de los destinos de esa entidad en el hermano país, posición a la que llegó gracias a la confianza dada por el presidente Lenín Moreno Garcés.
Ella se define como una mujer joven, profesional, una madre de dos hijos que se enfrenta con éxito al reto de dirigir la banca central de su país y desde allí ha dado impulso a las políticas de género y economía de su país.
Es economista con maestría en economía en España.
Ella, junto a otras tres mujeres, sobresale entre los 40 presidentes y gobernadores de bancos centrales aglutinados en Cemla, que se reúnen desde ayer en el Hotel Estelar, en Cartagena.
Verónica brilla por su juventud en un cargo donde en la región el promedio de edad de sus homólogos (hombres) ronda entre los 60 y 65 años.
Ecuador está dolarizada, no tiene moneda propia e importa anualmente cerca de 15 millones de dólares en billetes para atender la demanda del mercado y esa situación mantiene vivo el debate sobre la utilidad de un banco central que no emite, pero aún así ella es la responsable del manejo de la liquidez de la economía, de los sistemas de pago y la provisión de estadísticas para la toma de decisiones.
Como dato curioso, desde 2014 el Banco Central de Ecuador dejó de ser independiente y autónomo, y devolverle esa autonomía al banco, con una nueva normativa, es uno de los retos de Verónica.
Destacó que tras los acuerdos con el Fondo Monetario Internacional (FMI), su país deberá hacer ajustes del lado fiscal, para no seguir gastando más de lo que se tiene.
Anticipó que con sus homólogos de la región analizan en Cartagena “las perspectivas de la economía internacional, de cómo nos afectará la coyuntura (la guerra comercial China -EE.UU, los ajustes de la demanda de los chinos). Eso se puede traducir en una desaceleración de la economía”, precisó.
Anunció que con el Banco de la República de Colombia espera tener unas líneas de cooperación para que le apoyen en la actualización de cuentas nacionales y en el ámbito contable también.