La quinta ronda de negociaciones para el establecimiento del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Colombia y Corea del Sur culminó el pasado mes de octubre. Varios sectores de la economía colombiana han manifestado su interés o su oposición frente a este acuerdo, que se espera quedé cerrado para finales del 2011.
Dos de las barreras más importantes para el acuerdo se relacionan con el sector agrícola y con el automotriz. En Colombia existe temor de que el Gobierno abra el mercado automotor a la industria coreana y en el país asiático la resistencia surge por el tema de la agroindustria, en la que Colombia es fuerte.
Parte del sector automotriz se ha mostrado escéptico porque teme que la entrada de vehículos de ese país sin el pago de impuestos de importación afecte a la industria nacional. Otros, en cambio, defienden la entrada en vigencia del Tratado, al argumentar que los precios se reducirían considerablemente, lo que beneficiaría a los consumidores colombianos y, especialmente, para equilibrar un mercado que ya se alteró los acuerdos de ese tipo firmados o por firmar con Canadá, Estados Unidos y la Unión Europea.
En entrevista con Colprensa, el presidente de Hyundai en Colombia, Gustavo Alberto Lenis, explicó las razones por las que esa compañía apoya el acuerdo comercial y respondió a las críticas que han surgido desde otros puntos de la industria.
- ¿Cuál es la posición de Hyundai frente al TLC entre Colombia y Corea del Sur?
- Estamos de acuerdo porque somos parte interesada. Sin embargo, creo que hay muchos factores para decirle que sí al TLC con Corea, pues es necesario. Lo otro es dejar un mercado con unas deformidades impresionantes, porque cuando se empieza con la política de los TLC, ya no se puede parar.
- ¿Cuáles serían los beneficios para el sector automotriz y en qué aspectos se tendría que ceder?
- No soy negociador, quien negocia es el Gobierno. Lo que es claro es que Corea del Sur es uno de los grandes jugadores mundiales en el sector automotriz. El mercado colombiano puede crecer y creo que con el TLC lo que se puede lograr es que el ciudadano pueda adquirir un vehículo a un mejor precio. Los precios bajarían y los compradores serían más. También se tiene que ceder y el gran ejemplo en este caso es Chile, al que en este momento le va muy bien después de firmar con Corea. Es que en definitiva los consumidores y el pueblo colombiano deben ser los más beneficiados.
- Algunos contradictores argumentan que con la entrada en vigencia del TLC se generarían desempleo y pérdidas para la industria nacional…;
- Los que se están oponiendo son las ensambladoras y algunos autopartistas, pero este es un tema que se ha manipulado; se han dicho muchas cosas para convencer, pero al final no se tienen en cuenta todas las variables. Ellos han salido a decir que no pueden competir con Corea del Sur, porque produce una cifra cercana a tres millones de vehículos y en nuestro país esa cifra es impensable, pero debieron haber pensado en eso desde hace mucho tiempo. La pregunta en este caso es si la industria automotriz se ha venido preparando y si se ha modernizado en los últimos 20 años, pues las ensambladoras ya sabían la intención del Gobierno de abrir el mercado. Otras industrias se prepararon, menos la automotriz, entonces qué hicieron con las utilidades en los últimos años; por qué hasta ahora dicen que van a hacer unas reinversiones y no las hicieron antes. Hay que pensar a futuro, porque si el sector automotriz tiene que seguir pagando aranceles y los otros países no, estaría perdiendo en términos de competencia y ganancias, en ese caso las personas se quedarían sin empleo. Repito, hay que pensar a futuro.
- En ese sentido, ¿usted siente que su posición defiende más el interés general que el de un sector en particular?
- Por supuesto, creo que aquí se está protegiendo a unos pocos a costa del consumidor colombiano, que tiene derecho a acceder, en este caso, a vehículos de mejor calidad y de mejor precio. Además, todavía tenemos unas tecnologías del siglo pasado y creo que ya es hora de competir con calidad y con precio. Ellas (las ensambladoras) han tenido mucho tiempo para modernizarse y hasta ahora se dan cuenta que no lo hicieron. Me impresionan mucho, por ejemplo, unas declaraciones de la doctora Martha Lucía Ramírez. Ella era ministra de Comercio Exterior cuando yo era presidente de Avianca. En esa época me dijo: “Prepárese como pueda, porque vamos a iniciar la apertura” y ahora está en desacuerdo con un TLC que está anunciado desde hace más de 20 años.
- ¿Cómo analiza la competencia con los mercados internacionales? ¿Qué pasaría con la entrada en vigencia de ese Tratado?
- En términos de vehículos vs. habitantes no estamos muy bien; de hecho, Ecuador está mejor que nosotros. Fíjese lo que ha pasado con el caso de México, que es un país con cero arancel, en el que han venido crecido impresionantemente sus exportaciones. México exporta hacia Colombia más o menos un 30 por ciento, Corea un 16 por ciento. Con el Tratado habría más igualdad de condiciones y oportunidades; además, nuestro país tendría más capacidad para competir con otros mercados, porque si seguimos pagando y ellos no, evidentemente comenzaremos a perder.
- ¿Cómo cree que está la industria automotriz?
- Definitivamente la tecnología de los automóviles que se ensamblan en Colombia está distante de lo que se está vendiendo en el mercado mundial, por ejemplo, en lo que tiene que ver con el consumo de combustible. Creo que si las ensambladoras se preocuparan por realizar un modelo y no un montón de ellos, les iría mejor.
- ¿La infraestructura nuestra está preparada para estos acuerdos comerciales?
- Creo que la infraestructura de nosotros es deficiente, de hecho el invierno pasado y éste nos ha afectado, porque desde que se afecte la condición de las vías eso implica para nosotros un aumento de costos y más tiempo para transportar los vehículos. Claro todo eso afecta las ventas.
“SE DEBE DAR UN PLAZO DE DIEZ AÑOS PARA EL TLC”
Martha Lucía Ramírez responde a las críticas de Lenis:
Para la exministra de Comercio Exterior y de Defensa, Martha Lucía Ramírez, Colombia debe realizar acuerdos comerciales con países asiáticos, pero en el caso de Corea del Sur “es indispensable que el TLC reconozca las asimetrías que existen en algunas ramas de la industria. Por ejemplo, la industria automotriz allá es mucho más fuerte que la colombiana, en ese sentido una apertura inmediata representaría un peligro muy grande”.
Ramírez también manifestó que en ese tipo de industrias tan “sensibles” lo más recomendable es otorgar un plazo considerable, para que se preparen frente a una apertura de este tipo: “Creo que sí se debe hacer el TLC, pero que se les debe dar un plazo de por lo menos diez años en la desgravación de esas industrias que son tan sensibles frente a Corea del Sur”.
Finalmente, le recomendó al Gobierno desarrollar una política industrial que permita convertir el sector automotriz en una industria estratégica para el país. “Si el Gobierno colombiano hace una política para promover el desarrollo automotriz, también debe exigir un componente nacional más alto, es decir, que los carros hechos en Colombia tengan un componente de autopartes colombianas más alto, de manera que los carros tengan un mayor valor agregado y se logren ventas importantes”, puntualizó la abogada y especialista en derecho comercial.
EL DATO
-Hasta septiembre de 2009, las exportaciones colombianas a Corea del Sur ascendían a 74 millones de dólares, mientras las importaciones provenientes del país asiático alcanzaban los 482 millones de dólares.
