Los agentes que corrían estresados por los pasillos de la bolsa y a grito herido querían tomar posiciones sobre diversos activos antes que sus competidores directos lo hicieran, quedaron inmortalizados en películas como Wall Street de Oliver Stone.
En 1987 mostraban operadores y jefes inescrupulosos a los que solo les importaba el dinero para dar rienda suelta a los lujos y la diversión sin tener en cuenta los intereses de sus clientes.
Tal vez así era en la Nueva York de finales de los años 80, pero hoy y en Colombia las cosas son muy distintas: tanto operadores, como asesores comerciales y hasta los directivos que trabajan como intermediarios del mercado de valores deben ser profesionales certificados que demuestren conocimiento e idoneidad a la hora de actuar.
El proceso de certificación lo realiza el Autorregulador del Mercado de Valores (AMV) y comienza con la presentación de una prueba técnica de conocimientos de 140 preguntas sobre temas como regulación, matemática financiera, análisis económico y riesgos. Quienes lo pasan, acto seguido deben acreditar su formación académica y trayectoria laboral.
"Por la alta demanda que tenemos, hacemos exámenes todas las semanas del año mediante un sistema reconocido y probado internacionalmente, además hicimos convenios con las universidades del Rosario y Sergio Arboleda para ese proceso", dice Carlos Alberto Sandoval, presidente del AMV.
Superada esta etapa los aspirantes a ser certificados deben demostrar mediante la documentación del caso, que no tienen antecedentes personales negativos como sanciones de la Superintendencia Financiera, el AMV, la Procuraduría, la Contraloría, o condenas por delitos contra el sistema financiero.
Los profesionales que más se ven en el mercado son los economistas, seguidos de los administradores de empresas y los ingenieros, pero también hay psicólogos, abogados y técnicos graduados en diversas disciplinas.
Este proceso comenzó el 26 de diciembre de 2007 y a finales de 2010 ya muestra más de 4.100 personas certificadas en campos de acción como rentas variable y fija, derivados financieros, fondos de pensiones y carteras colectivas.
-Cualidades del buen operador del Mercado de Valores
Un buen corredor de bolsa, además de estar certificado y tener un conocimiento profundo del mercado al que se dedica a diario, evita malas prácticas con la información privilegiada que maneja, no permite que se manipulen los mercados, asesora de manera correcta a todos sus clientes y no participa en defraudaciones. Además, los directivos se tienen que certificar cada cuatro años, mientras que los operadores y los asesores comerc iales lo hacen cada dos.