El tenis colombiano genera sentimientos encontrados para aficionados y no aficionados. De momento se dan grandes resultados y al instante derrotas inesperadas. Un claro ejemplo fue lo visto este año en los Juegos Olímpicos de Río-2016: Cabal y Farah eliminaron a la siembra número uno del torneo en primera ronda y luego perdieron frente a una pareja estadounidense en la segunda fase.
Y así es el sube y baja del tenis colombiano en el mundo. De repente Santiago Giraldo fue 29 del ATP World Tour y después quedó afuera del top100, al que ya regresó. Los de mayor regularidad han sido precisamente Robert Farah y Juan Sebastián Cabal, que como pareja de dobles este año lo cerraron como los décimos del mundo y empatados en la casilla 29 del ATP de dobles.
Tal vez fue el mejor año de Cabal y Farah, porque fueron campeones de los torneos en la categoría ATP 250 de Moscú, Niza, Buenos Aires y del ATP500 de Río de Janeiro, así como subcampeones del ATP 250 de Múnich. Un año increíble que tuvo como lunar esa derrota en segunda ronda de los Juegos Olímpicos, pero al final fue ante los medallistas de bronce: Steve Johnson y Jack Sock.
Nada para reprochar a la pareja de los vallecaucanos, que como dupla de un mismo país, en la temporada fue la cuarta mejor, detrás de parejas de compatriotas de Francia, Estados Unidos y España, pues las otras duplas que les ganaron la Carrera a Londres, son 'partners' de diferentes países.
Sin embargo, el gran año de Cabal y Farah contrasta con el peor desde que son profesionales Santiago Giraldo y Alejandro Falla. Tal vez por eso el sueño de Copa Davis se detuvo en seco y este año se cortó la racha que traía Colombia de disputar tres años consecutivos el repechaje a la Serie Mundial, aunque con derrotas, pero presentes entre los grandes.
En el 2014, Giraldo y Falla estuvieron en el top100 y fue el mejor momento del tenis masculino colombiano. Santiago Giraldo llegó a ser 28 del mundo, cuando Alejandro Falla era 50. Pero la realidad de este año fue diferente, porque Giraldo perdió más de 100 casillas y Falla ya está fuera del top200. Giraldo llegó a ser 160 y Falla cayó hasta el puesto 262, incluso siendo la cuarta raqueta nacional, porque Eduardo Struvay y Alejandro González lo superaron en el escalafón.
“Siento que ha sido un gran año para madurar como persona, porque llevaba varios años al máximo nivel y este año me salí bastante del top100, pero fue una motivación para recuperarme, para saber que estoy bien, que tengo físico, ganas y carácter, porque al caer a ese nivel, ahora me di cuenta que en pocos meses sumé más de 400 puntos para estar en el top100 y pensar en el 2017”, reconoció Santiago.
Giraldo se recuperó jugando torneos de la categoría Challenger y ya regresó al Top100. Hoy es 98 del mundo y sigue siendo la mejor raqueta colombiana, pues Falla, González y Struvay ya están por encima del Top200, por eso ahora hay que mirar a los juveniles, para ver el recambio generacional, que tampoco tiene un panorama alentador.
“Es difícil tener una idea clara de si hay quienes tengan el suficiente nivel para poder llegar al top 100, los que vienen atrás son jugadores buenos, pero no hay ninguno que tenga resultados excepcionales y bajo esos parámetros es que se puede tener una idea de qué viene en el recambio, hay jugadores, pero por ahora no veo a ninguno que tenga el tenis para estar arriba como lo hicieron Giraldo, Falla y González, eso no creo que lo vayamos a volver a tener, ellos van a ser por ahora de los últimos colombianos que pudieron pertenecer al top 100 por un largo tiempo”, aseguró la extenista vallecaucana y ahora entrenadora universitaria de tenis en los Estados Unidos, Gabriela Mejía.
Precisamente hay dos jóvenes que vienen mostrando buenos resultados, aunque para Gabriela no tengan ese nivel que a esa edad mostraron Falla, Giraldo y González. Daniel Galán y justamente el hermano de Gabriela, Nicolás Mejía, de quien dijo: “Mi hermano es todavía muy joven, lleva un proceso estable y fuerte, ha hecho cada paso a pulso, en este momento puede ser protagonista del recambio, pero eso no significa nada, faltan muchísimos resultados y mucha mejora para tener claridad de su camino”.
Nicolás Mejía ha sido uno de los dos jugadores colombianos menores de 18 años mejor ubicados en 2016 en el escalafón mundial juvenil de la ITF, tras alcanzar el lugar 118 del mundo. En sus dos primeros años de competencia en torneos Sub18 del ITF Junior Circuit, y con apenas 16 años de edad, alcanzó dos títulos y dos finales en este tipo de certámenes. Ha sido campeón de torneos como el Eddie Herr Sub14 años de Miami, en 2014, e integrante de la Selección Colombia Sub-16 que fue décima en el Campeonato Mundial Sub16 años de Madrid, España.
Galán, por su parte, sorprendió desde el año pasado cuando en su primera participación en torneo de la categoría profesional ATP250 avanzó a los octavos de final en Bogotá, en 2015, y comenzando su participación en torneos profesionales, consiguió dos títulos y una final de la categoría ITF Future, y en su segundo año fue finalista de cuatro certámenes ITF Future. La semana pasada hizo sonar su nombre porque venció a Santiago Giraldo en el Challenger Series de Guayaquil.
“Galán es un gran chico, me ganó esta semana y fue raro porque me dio alegría esa derrota, al ver que Dani jugó muy bien, me ganó bien en un muy buen partido y fue sentir que hay futuro en el tenis colombiano, es un gran incentivo para él y para mí saber que viene gente atrás, así que buenísimo, ahora debemos apoyar a estos chicos”, reconoció Giraldo.
MARIANA Y LAS JUVENILES
Caso contrario a los hombres sucede con las mujeres. Porque en la élite de hoy y desde hace varios años sólo aparece el nombre de Mariana Duque, con la misma constante, entre altos y bajos, pero en el recambio generacional aparecen nombres importantes como María Fernanda Herazo, las mellizas Paula y Paulina Pérez, Sofía Múnera, Emiliana Arango y María Camila Osorio.
“Mariana juega muy bien, ha tenido una buena temporada y espero que el próximo año sea muy bueno para ella. Quiero que le vaya muy bien, porque el tenis es diferente para todos, hay que tener mucha paciencia porque a todos nos llega el momento en un tiempo diferente, todos tenemos planes distintos y no puedo decir de fondo por qué no ha podido estar más arriba, pero lo que si tengo claro es que hay que tener paciencia y trabajar muy fuerte”, aseguró a COLPRENSA la portorriqueña Mónica Puig, ganadora de la medalla de oro en sencillos de los Juegos Olímpicos Río-2016.
La bogotana cierra el año en la posición 106 del mundo en el WTA World Tour, con una temporada que le dejó su mejor resultado la final del WTA de Nüremberg en Alemania, así como su presencia en los Juegos Olímpicos Río-2016, en la que fue eliminada en la primera ronda, pero exhibiendo un gran tenis, frente a la medallista de plata y hoy número uno del mundo, la alemana Angelique Kerber.
Pero entre las niñas el futuro inmediato es más alentador, porque a la campeona de un circuito mundial juvenil del año pasado, la barranquillera María Fernanda Herazo, se han sumado otras juveniles con talento que ya hacen carrera al circuito profesional, aunque con corta edad y a quienes todavía hay que esperar.
La gran figura prejuvenil es la nortesantandereana María Camila Osorio, medallista de plata el año pasado en los Juegos Nacionales Tolima-Chocó 2015, quien con 14 años sorprendió a todos hasta llegar a la final y perder contra Mariana Duque, quien tras esa final aseguró a COLPRENSA sobre María Camila: “María es muy chiquita todavía, pero tiene un gran tenis, tiene mucha variedad en el juego, de pronto se parece a mi estilo, así que espero que siga trabajando para que pueda llegar lejos”.
Y a María Camila y María Fernanda se suman la antioqueña Emiliana Arango, las barranquilleras Paula y Paulina Pérez, la bogotana Laura Rico y la risaraldense Sofía Múnera, así como dos juveniles que ya han hecho carrera y siguen luchando por subir en el escalafón WTA: Yuliana Lizarazo y Yuliana Monroy.
En el escalafón WTA de hoy hay un gran vacío de colombianas, porque Mariana Duque es 106 del mundo y la raqueta dos es María Fernanda Herazo, que ocupa la casilla 699. En el escalafón también aparecen Yuliana Lizarazo (790), Emiliana (997), Yuliana Monroy (1144), Paulina (1136), Sofía (1176) y María Camila (1242).
“Tienen a muchos colombianos jugando hoy en día en las diferentes categoría, por eso creo que tienen mucho potencial y veremos qué pasa en los próximos años, para ver si sale otra nueva generación para competir contra nosotros, que sería muy bueno”, aseguró Mónica Puig.
Con ese panorama del 2016, el tenis colombiano sigue en esa cama elástica de resultados, de subir y bajar, a la espera de que llegue una generación que se logre consolidar como lo hizo Falla en su momento, como parece regresar Santiago Giraldo y como lo van haciendo en dobles Farah y Cabal.
