La clavadista mexicana Aranza Vázquez presentó una queja tras recibir una calificación de “fallido” por uno de sus saltos en la semifinal de trampolín de 3 metros, lo que le costó cero puntos y la dejó con una desventaja insuperable para avanzar a la final.
Vázquez, de 21 años, había ocupado la tercera posición en la ronda preliminar, pero en su cuarta zambullida, en la que realizó dos volteretas y media invertidas, entró al agua con un gran chapoteo. Le puede interesar: Luis Felipe Solarte debutó en clavados de los Juegos Olímpicos
Los jueces tardaron varios minutos en determinar que el salto no había sido ejecutado correctamente, otorgándole una puntuación de cero. “Está destrozada. Como pueden ver, es una clavadista talentosa”, comentó José Gómez Ruiz, agregado de prensa de la delegación olímpica mexicana, a la agencia Reuters. “Lo único que me pidió fue que por favor la sacara de aquí”.
Gómez Ruiz explicó que Vázquez presentó una queja inmediatamente después del clavado, argumentando que el ruido del público la distrajo, lo que provocó su error. “Justo antes de que el juez diera la señal, ella escuchó un ruido que la desconcentró y falló en el salto”, detalló Ruiz.
Sin embargo, los jueces mantuvieron su decisión y no permitieron que Vázquez repitiera el salto. La joven clavadista, visiblemente afectada, decidió no hablar con los medios de comunicación.
El Centro Acuático Olímpico ha estado repleto de aficionados durante los Juegos, lo que ha generado distracciones para algunos competidores en diferentes disciplinas. La china Quan Hongchan, quien ganó la medalla de oro en las pruebas de plataforma individual y sincronizada de 10 metros femenino, mencionó que los espectadores la pusieron un poco nerviosa durante la competencia y expresó su deseo de que guardaran silencio antes de los saltos. Lea más: Real Cartagena y el dilema de Suárez que tiene en incertidumbre a los hinchas
Las compañeras de equipo de Quan, Chen Yiwen y Chang Yani, ganadoras de la prueba sincronizada de trampolín de 3 metros, también estuvieron a punto de perder la señal de inicio de su rutina debido al bullicio del público.