El ciclista belga Remco Evenepoel, quien hasta los 17 años jugaba al fútbol en las categorías juveniles de su país, hizo historia al convertirse en el primer corredor en ganar tanto la carrera de ruta como la contrarreloj en unos Juegos Olímpicos.

Juegos Olímpicos y Paralímpicos alcanzan cifra récord en París
EL UNIVERSAL Y EFEEvenepoel se coronó campeón olímpico de ruta tras completar un extenuante recorrido de 273 kilómetros por el corazón de París y sus alrededores. Cuatro años después de terminar en la posición 49 en Tokio, Evenepoel protagonizó un cierre impresionante a falta de 38 kilómetros, sacando una ventaja considerable sobre sus rivales. Ni siquiera una pinchadura de una rueda, que lo obligó a cambiar de bicicleta a menos de cuatro kilómetros para la meta, pudo detener su camino hacia la victoria. Lea aquí: Ingrit Valencia logra diploma olímpico para Colombia en los JJ.OO.
El belga, que de niño se inclinó por el fútbol llegando a integrar la selección Sub17 de Bélgica, cruzó la meta con un tiempo de seis horas, 19 minutos y 34 segundos. Al llegar, acomodó su bicicleta y levantó los brazos en la explanada del Trocadero, con la icónica Torre Eiffel como telón de fondo.

En unos Juegos diseñados para que los deportes se mezclen con los monumentos más emblemáticos de París, el ciclismo de ruta destacó con el circuito más largo de la historia olímpica. Los franceses Valentin Madouas y Christophe Laporte completaron el podio, consiguiendo las primeras medallas de Francia en la carrera olímpica de ruta en 68 años.
La carrera comenzó de manera neutral en el Trocadero a las 11 de la mañana, y poco después el reloj comenzó a correr frente a la pirámide del museo del Louvre. A los seis kilómetros de competencia, cinco ciclistas de Mauritania, Tailandia, Uganda, Ruanda y Marruecos se adelantaron al pelotón, recorriendo un trayecto serpenteante por las calles del centro de París ante miles de espectadores. Lea aquí: Video: Radamel Falcao, preocupa, tras salir con una fractura en su mano
El Palacio de Versalles marcó la entrada a los suburbios coloridos de Bougival, Beynes, Montigny-le-Bretonneux y Auffargis, rodeados de castillos y campos de cultivo. A 100 kilómetros para el final, comenzó el tramo más exigente de la carrera, con subidas que acercaron a los líderes y perseguidores.
De regreso a París, llegó el momento decisivo. En las calles empedradas de Montmartre, Evenepoel realizó el sprint final que lo llevó a lo más alto del podio olímpico.