El Barcelona sufrió una dura derrota en el Trofeo Joan Gamper al caer 0-3 ante el Mónaco en el Estadio Olímpico Lluís Companys, dejando una imagen preocupante a solo cinco días de su debut en LaLiga EA Sports contra el Valencia. Los goles de Lamine Camara, Breel Embolo y Christian Mawissa en la segunda mitad sellaron la suerte de un Barça que no encontró ritmo ni profundidad en su juego.
El equipo dirigido por Hansi Flick mostró una primera parte sin chispa, donde la falta de velocidad y creatividad en el ataque fue evidente. Fútbol directo, verticalidad, presión adelantada, una defensa situada en la línea de mediocampo y poca creación. Este es el libreto que hoy mostró el Barça de Hansi Flick, con un once titular con muchos jóvenes, una medular experimental dirigida por Marc Bernal, con otros dos jóvenes: Marc Casadó y Pablo Torre como interiores. Lea aquí: ¿Vinicius rechazó el contrato más grande en la historia del fútbol?
Aunque se mantuvieron en pie durante los primeros 45 minutos, el vendaval del Mónaco llegó en la segunda mitad. Camara abrió el marcador y, apenas siete minutos después, Embolo amplió la ventaja, dejando al Barcelona en una posición muy comprometida.
La entrada de la joven promesa Lamine Yamal en el minuto 66 dio un respiro momentáneo al equipo, inyectando algo de dinamismo en el juego, pero no fue suficiente. A cinco minutos del final, Mawissa puso la puntilla con el tercer gol, cerrando un partido para el olvido para los culés. Le puede interesar: Federación Colombiana firma millonario contrato para el Mundial Sub-20
El resultado es un duro golpe para el Barcelona, que deberá mejorar considerablemente si quiere comenzar con buen pie su andadura en la liga española. Las dudas sobre el rendimiento del equipo bajo la dirección de Flick crecen tras una actuación que dejó mucho que desear frente a su afición.
A pocos días para el inicio de la Liga, el rendimiento del Barça es una incógnita. Ofreció buenas sensaciones en la gira estadounidense, pero hoy dio una imagen decepcionante e incluso los espectadores silbaron su juego. El próximo partido, en Valencia, ya será en serio.