Hasta hace poco, se decía que la final entre Fluminense y Boca Juniors en la Copa Libertadores, podía ser cambiada de sede. El Maracaná, cancha designada para la gran final, había presentado un mal estado en el campo de juego, por lo que la Conmebol estuvo contemplando la posibilidad de hacer el cambio de estadio.
Sin embargo, Después del encuentro entre las directivas del Xeneize y del Flu, se decidió que el partido decisivo se jugará en el Maracaná. El balance de las Eliminatorias: Colombia y la tabla de posiciones.
Esta mañana, de acuerdo a Jornal O Globo, medio brasileño, había una gran posibilidad de que se cambiase el lugar de la final del próximo 4 de noviembre. La razón principal para el cambio era la pésima condición del campo, debido a fotografías que se difundieron en redes sociales.
La segunda razón por la que se puso en duda al Maracaná como sede, tuvo que ver con el club Flamengo, el cual hace las veces de locales en el mítico estadio de Rio de Janeiro, buscaba jugar su partido del 28 de octubre ante el Bragantino.
Flamengo y Fluminense comparten la gestión del estadio. Al ser ambos rivales de patio, la tensión a pocos días de la final aumentó, por lo que el presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, le ha advirtió a Ednaldo Rodrigues, presidente de la Federación Brasileña de Fútbol, que de no resolverse las situaciones del mal estado del terreno de juego y las disputas con Flamengo, el Maracaná dejaría de ser la sede de la final.
Ante todo el drama, se llevó a cabo la reunión que terminó reconfirmando al Maracaná como sede.