Han pasado casi 31 años desde aquel día de noviembre en el que el fútbol colombiano se manchó de sangre. Ese 1989 es el único año de los 72 de historia que tiene el balompié profesional del país que no cuenta con un campeón en sus registros.
La causa es que el campeonato se canceló debido al asesinato del árbitro bolivarense Álvaro Ortega luego de dirigir como juez de línea un partido entre Independiente Medellín y América de Cali.
El homicidio ocurrió el 15 de noviembre de 1989. Era la época en la que el país afrontaba uno de sus peores momentos sociales por la penetración del narcotráfico y muchos apostadores e hinchas estaban vinculados a este fenómeno y ejercían presión al fútbol y sus protagonistas.
La muerte de Álvaro Ortega, quien era de El Roble – Bolívar – y tenía 32 años, sucedió cerca al hotel Nutibara, en el Centro de Medellín. El bolivarense caminaba hacia al hotel a las 11:00 de la noche, acompañado de Jesús ‘Chucho’ Díaz, considerado el mejor árbitro de América en el momento, y quien presenció el crimen.
Según las autoridades, el asesinato fue perpetrado por apostadores que lo ajusticiaron por haber anulado un gol en el partido que disputaron también América y Medellín, en Cali, en el que Ortega había sido el árbitro central.
Dos días después de la muerte de Ortega, Chucho Díaz renunció a su carrera como árbitro y las presiones llevaron a que se tomara la decisión de cancelar el torneo, sin que se definiera a un campeón.
LA AMENAZA DEL CORONAVIRUS
Casi 31 años después de ese triste episodio para el fútbol colombiano, el rentado profesional afronta el riesgo de ser cancelado, aunque esta vez no por un estado de violencia sino por uno de salud pública. (Lea: Por el coronavirus, suspendido el fútbol profesional colombiano).
El coronavirus COVID-19 ha provocado que el deporte mundial se paralice sin ninguna fecha clara para retomar acciones y la Liga BetPlay es una de las que se suspendieron indefinidamente.
La Liga se detiene una fecha antes de llegar a la mitad de la fase de todos contra todos y por ser este un torneo corto, las posibilidades de que se cancele se irá incrementando a medida de que no se logre evacuar la amenaza del virus, que ha llevado al borde del caos a otros países de Europa.
La solución de jugar a puertas cerradas no parece viable y los mismos equipos se han negado a esa posibilidad. La organización de la Copa América entre Colombia y Argentina también es otro inconveniente que tendría el rentado local para extender sus fechas.
En Colombia la presencia del virus apenas comienza y el fútbol ya está alerta por lo que podría ser una cancelación si las medidas preventivas no logran contener la amenaza.