Fue el equipo de sus amores. Nunca olvidará la gesta de 2008 cuando quedó campeón con los Pura Sangre y a su llegada de Medellín a Cartagena fue paseado, junto a los demás, en el carro de bomberos.
Harold Macías Cabrera portó la cinta de capitán de Real Cartagena entre 2006 y 2010, temporadas en la que dejó hasta la última gota de sudor en la cancha en procura de que su equipo ganara.
En el terreno de juego no se arrugó nunca, siempre se le conoció por su temperamento y entrega. “O pasa el balón o pasa el jugador, pero los dos no pasan por mi zona”, fue la frase de batalla con la que se le conoció.
El Universal contactó a Harold para revivir los momentos de gloria y saber en qué anda ahora tras su retiro del fútbol.
“Ese grupo de nosotros del año 2008 era bravo. Fue una bonita experiencia, veníamos de un descenso en el 2007, un primer semestre de 2008 muy malo, pero llegó el profe Boderth y nos dio la confianza para consagrarnos y salir campeones de la Primera B”, dice Macías, quien confesó que ese título fue un sueño hecho realidad y “la experiencia más linda que viví como futbolista”.
Aún recuerda como si fuera ayer el primer partido de la final ante Valledupar. “Perdimos 2-1 allá. Recuerdo que estando en el comedor del hotel te dije: no te preocupes que en Cartagena no los comemos vivos y así fue. Luego le ganamos a Rionegro para definir el cupo del ascenso y gracias a Dios regresamos a la A”.
Este fue un equipo muy humilde...- Sí. esa es la verdad. Pese a las falencias económicas este grupo nunca perdió la fe, queríamos hacer la historia y así lo hicimos gracias a nuestro empeño y al respaldo del profe Boderth, quien creyó en la sangre cartagenera.
¿Qué papel jugó la hinchada?- La hinchada era incrédula porque venía de muy malos resultados. Pero sabíamos que el hincha quería mucho al equipo, que solo debíamos ganar partidos para que fueran creyendo más y así sucedió. Nuestro compromiso era cada día llevar más gente hasta ver las graderías llenas y así fue.
Momentos difíciles...
- Las lesiones. Una vez tuve una increíble, se me durmió el nervio ciatico por ponerme mucho hielo y duré un año y ocho meses afuera de las canchas. Eso fue en el 2007. Gracias a Dios regresé y de la mejor manera.
¿Cómo llega su retiro?- Fue por causa de un desgate en la rodilla que venía sufriendo de tiempo atrás, me operé y no pude recuperarme. Le dije adiós al fútbol en diciembre de 2015. Decidí dar un paso en alto por mi salud y el bienestar de mi familia.
¿Hoy es un hombre feliz?- Claro. Soy un hombre feliz. Duré 7 años de novio con Yuly Gutiérrez, con quien llevo 8 años de matrimonio, tengo una niña que se llama Paula Andrea (12) y un varón que se llama Matías (6). Ellos son mi adoración.
De regresó a clases...- Sí. Estoy estudiando actividad física en el Sena, que tiene un convenio con Comnfenalco, es una bonita posibilidad para que los deportistas cartageneros estudiemos sin importar la edad. Nunca es tarde para hacerlo, duré 18 años lejos de un aula de clases y ahora regresé y lo estoy dando todo para mi formación académica.
¿Tiene algún proyecto deportivo?
- Tenemos una escuela de formación llamada Los Pura Sangre, con niños entre los 7 y 14 años. Estoy trabajando con Reinaldo Alegría, José Nájera, Mauricio Arroyo, entre otros. Tenemos una fundación con la que buscamos aportar nuestro grano de arena en las enseñanzas de fútbol, que es lo que más nos apasiona. Vamos muy bien. Entrenamos en Manga y Santa Rosa. La idea es darle opciones de ubicarse en el fútbol colombiano a aquellos que muestren talento.
Cartagenero al 100%Pese a que fue campeón con Junior en 2011, Harold afirma tajantemente que “mi mejor época en el fútbol la viví con Real Cartagena. Es el equipo de mi ciudad, de mi alma, soy un cartagenero al 100%, apoyo lo de aquí, así como la hinchada respaldó a los Pura Sangre en su momento”, agrega.
Harold aún vive en Chile,el barrio en donde nació y se crió junto a su familia. Además de estudiar y entrenar a los niños, Macías de vez en cuando juega el Torneo Senior Master Súper 99.
Su vida sigue ligada al fútbol. “En lo deportivo o administrativo. En cualquier de los dos frentes seguiré metido en este deporte. Deseo ayudar a los niños a que cumplan sus sueños, así como yo los conseguí”.
