Carlos Arturo Ortega Jaimes sigue representando con gran profesionalismo a Cartagena y Bolívar en el arbitraje nacional e internacional.
Recientemente, Ortega fue ratificado una vez más como árbitro FIFA para el 2026.
También fue exaltado en el marco de las Fiestas de la Independencia, que se celebran en Cartagena, como uno de los árbitros de más proyección internacional de toda Colombia.
A sus 36 años, Ortega sigue dando pasos firmes en el arbitraje colombiano. Es orgullo de Cartagena, Bolívar y de Bruselas, barrio donde nació.
Lleva 212 juegos en la Primera A, desde el 2014 cuando debutó en Tunja en el encuentro entre Chicó y Alianza Petrolera. Lea: Las palabras del presidente de Barcelona sobre la visita de Lionel Messi
Este año, Carlos Arturo estuvo en 3 juegos de la Copa Libertadores y en uno de la Sudamericana.
También pitó la final de la Superliga entre Bucaramanga y Nacional.
Lleva 5 años como árbitro FIFA, credencial con la que puede dirigir en torneos internacionales.
Carlos Ortega y una familia de la misma línea
Es sobrino de Álvaro Ortega, árbitro que fue asesinado en 1989, siendo víctima del narcotráfico y de las apuestas en el fútbol. Esta tragedia con su tío lo motivó a ser árbitro profesional para continuar con el legado de la familia, pues es hijo de Carlos Arturo Ortega, quien también fue árbitro profesional (asistente de línea) en la década de los 80.

Sueña con impartir justicia en un mundial, reconoce que en 2026 no tiene chance, pero afirma: “Tengo la fe intacta y en el Mundial de 2030, la idea es estar ahí dando todo mi profesionalismo”, comentó.
Los recuerdos aparecen en su mente. “Desde que inicié con esta hermosa profesión, a los 15 años, siempre soñé y me visualicé siendo árbitro FIFA. Hoy, Gracias a Dios y a la Virgen del Carmen es posible”, recalcó.
Fueron muchos años de sacrificio. “Han sido años de mucha disciplina, esfuerzo, trabajo. He sacrificado momentos y fechas especiales con mi familia, tales como cumpleaños y fechas importantes como amor y amistad y Navidad, pero entiendo que, por mi profesión, debo sacrificar cosas y lo hago con gusto”.
Humildad a toda prueba, siempre con los pies bien puesto. Al preguntarle a quiénes les debe todos sus triunfos, él responde: “a Dios, la Virgen del Carmen, mis padres, mi esposa, mi hermano, toda mi familia, los profesores y varios compañeros. Soy el resultado del aporte de cada uno de ellos. Mi agradecimiento para todos, en especial para Abraham González, mi guía y consejero”.
