El Barça consiguió una victoria que parecía escaparse cuando todo indicaba que el Girona podría arrancar un punto valioso. Desde el inicio, el equipo azulgrana apostó por imponer su ritmo y se adelantó en el marcador en el minuto 13 con un gol de Pedri tras una conexión entre jóvenes talentos del equipo.
Sin embargo, la alegría local duró poco. Al minuto 20, el Girona igualó el encuentro gracias a una espectacular chilena de Axel Witsel, que rompió la coherencia defensiva del Barça y volvió a poner el partido en tablas. Lea: Asistencia y jugada decisiva de Muñoz en el empate del Crystal Palace
La primera mitad se cerró con sensaciones mixtas para el Barça: había tenido momentos brillantes al inicio, pero luego el Girona tomó confianza, generó ocasiones y dejó claro que no venía de paseo.
La segunda parte empezó con el Barça buscando dominar, pero sin encontrar la claridad suficiente para volver a marcar.
El momento decisivo llegó en los minutos finales, cuando el entrenador azulgrana introdujo variantes tácticas que refrescaron al equipo.
Éxtasis en el estadio
Haciendo cambios y adelantando líneas, el Barça encontró espacios que hasta ese momento no había podido aprovechar. El ambiente en el estadio creció, con la tensión hacia el cierre del partido.
En el minuto 93, el balón llegó al área tras un centro desde la derecha de Frenkie de Jong, que fue desviado por Ronald Araujo —ingresado minutos antes— para marcar el 2-1 definitivo.
Esta acción no solo dio los tres puntos al Barça, sino que además le permitió recuperar el liderato de la competición, al menos de forma provisional. Lea: Mojica fue clave en la sorpresiva victoria del Mallorca sobre Sevilla
Para el Girona, fue un duro golpe tras haber mostrado solvencia y opciones durante gran parte del partido. Para el Barça, el triunfo supone un alivio en medio de una temporada complicada por lesiones y altibajos. La victoria también será un impulso moral de cara a los próximos retos, reforzando la idea de que nunca se debe dar por vencido hasta el pitazo final.