El fútbol volvió a demostrar que puede ser un refugio ante el dolor. Este viernes 10 de octubre de 2025, Ignacio Russo, hijo del fallecido entrenador Miguel Ángel Russo, fue titular con Tigre ante Newell’s en la jornada 12 del campeonato argentino.
Dos días después de la muerte de su padre, el joven delantero decidió rendirle el mejor homenaje posible: jugar y marcar un gol que hoy emociona al mundo entero. Lea: El Mundial podría dejar de jugarse en julio: esto analiza la FIFA
Antes del encuentro, Ignacio concedió una entrevista a Radio La Red en la que dejó ver su fortaleza y la relación entrañable que lo unía a su padre.
“Si no juego, se levanta y me caga a puteadas”, dijo entre risas y lágrimas. “Para mí era simplemente Miguel, era mi papá. Es una pérdida física, espiritualmente va a estar siempre”, agregó, anticipando el momento que viviría pocas horas después en la cancha.
A los 22 minutos del primer tiempo, Tigre armó una contra rápida y precisa. Ignacio Russo cerró la jugada empujando el balón al fondo del arco para el 1-0 parcial.
Apenas marcó, rompió en llanto, se tiró al césped y fue rodeado por sus compañeros, que comprendieron la carga emocional de ese instante. Las imágenes recorren las redes y los noticieros deportivos del mundo, acompañadas por miles de mensajes de solidaridad.
El gesto de Russo fue más que un gol: fue un acto de amor y resiliencia. Al levantarse del suelo, mostró un tatuaje con una de las frases más recordadas de su padre, pronunciada durante su lucha contra el cáncer de próstata cuando dirigía a Millonarios: “Todo se cura con amor”.
Ese mensaje, que Miguel Ángel convirtió en símbolo de su batalla, se volvió hoy el emblema de una herencia emocional que trasciende generaciones.
Un técnico muy respetado
Miguel Ángel Russo fue uno de los técnicos más queridos y respetados del fútbol sudamericano. Pasó por clubes como Estudiantes, Vélez, Boca Juniors y Millonarios, dejando huellas imborrables. Pero fue en Rosario Central donde su historia se escribió con tinta dorada: guió al equipo en tiempos difíciles, lo alejó del descenso y lo llevó a un título que aún celebran los hinchas “canallas”. Lea: ¿Jhon Durán tiene los días contados en Fenerbahçe? Dudas sobre su continuidad
El gol de Ignacio no solo honró la memoria de su padre, sino también la pasión por el fútbol que los unió. En el Coloso Marcelo Bielsa de Rosario, ciudad donde Miguel Ángel también dejó su marca, se vivió una de esas noches que recuerdan por qué este deporte es capaz de hablar el lenguaje del alma.