La Liga de Ajedrez de Bolívar vivió una jornada especial con la visita de Business Meets Chess & Kids, una iniciativa internacional que promueve la educación, la inclusión social y el pensamiento estratégico a través del ajedrez.
La actividad, realizada en Cartagena, reunió a niños y jóvenes que encontraron en las piezas y tableros una oportunidad para aprender y soñar. Lea: Erling Haaland, intratable con Noruega en Eliminatorias: triplete es viral
Durante el evento, Ken Mask y Matthew M. Dillon, representantes de la organización, entregaron 19 tableros de ajedrez a los integrantes de la liga, fortaleciendo el trabajo que esta viene desarrollando en la ciudad.
El gesto simbolizó el compromiso de impulsar el talento local y garantizar que más niños puedan acceder a este deporte que combina disciplina, lógica y creatividad.
La jornada incluyó además un mini campeonato infantil, en el que los pequeños ajedrecistas demostraron sus habilidades frente al tablero.
Con entusiasmo y compañerismo, participaron en rondas clasificatorias que culminaron con la entrega de medallas a dos grupos por categoría, reconociendo el esfuerzo y la dedicación de cada participante.
Uno de los momentos más esperados fue la simultánea a tres tableros protagonizada por Matthew M. Dillon, quien se enfrentó de manera paralela a tres jugadores de la liga.
Al finalizar, elogió el nivel de los competidores y destacó el potencial que está surgiendo en Cartagena, una ciudad que comienza a consolidarse como semillero del ajedrez nacional.
Dejó huella
El encuentro fue posible gracias a la articulación entre Business Meets Chess & Kids, su aliado The Gift of Chess y la Liga de Ajedrez de Bolívar, instituciones que trabajan con el propósito común de usar el deporte como herramienta educativa y social. Lea: Estos son los torneos que jugarán los bolivarenses que estuvieron en el campamento del Barcelona
La actividad dejó una huella significativa en la niñez cartagenera, motivando a los jóvenes a seguir perfeccionándose en el juego ciencia. Para la Liga, este intercambio representa una oportunidad de visibilidad y crecimiento, y reafirma que el ajedrez, más allá del tablero, es una forma de construir futuro.