El fútbol español vive días de profundo luto tras la muerte de Raúl Ramírez Osorio, portero de 19 años del Club Deportivo Colindres, quien falleció a causa de las graves lesiones sufridas durante un encuentro de la Tercera Federación.
El trágico desenlace se confirmó dos días después del accidente, pese a los esfuerzos médicos por salvar su vida en el Hospital Marqués de Valdecilla, en Santander.
El fatídico suceso tuvo lugar en el minuto 60 del partido que enfrentaba al Colindres con el Revilla. Ramírez saltó para interceptar un centro y chocó violentamente con un delantero rival, cayendo inconsciente al césped. El árbitro detuvo inmediatamente el juego mientras su entrenador, Rafa de Peña, y una estudiante de enfermería acudían a asistirlo.
Gracias a las maniobras de reanimación cardiopulmonar, el joven arquero recuperó momentáneamente el pulso. Sin embargo, durante su traslado al hospital sufrió un segundo paro cardíaco, lo que complicó su delicado estado. Ante la gravedad de la situación, el partido fue suspendido de inmediato.
Horas más tarde, la Real Federación Cántabra de Fútbol (RFCF) informó que el jugador había sido declarado con muerte cerebral. En un comunicado oficial, el organismo lamentó lo ocurrido y destacó la decisión solidaria de la familia de donar sus órganos, un gesto que permitirá salvar otras vidas.
El Club Deportivo Colindres expresó su consternación y tristeza a través de sus redes sociales, rindiendo homenaje al joven guardameta: “Raúl, llegaste este verano al club y desde el primer momento nos ganaste con tu compromiso y calidad humana. Tu recuerdo quedará para siempre entre nosotros”, publicó la entidad.
Homenaje y duelo en el fútbol cántabro
La RFCF decretó tres días de luto oficial y estableció que en todos los encuentros de la próxima jornada se guardará un minuto de silencio en memoria de Raúl Ramírez Osorio. El presidente del organismo, José Ángel Peláez, había manifestado días antes su pesar, enviando “todo el cariño y fuerza” a la familia del joven futbolista.
El fallecimiento de Raúl ha dejado una profunda huella en la comunidad deportiva de Cantabria. Equipos, entrenadores y jugadores de distintas categorías expresaron su pesar y se unieron en mensajes de apoyo y condolencia hacia su familia y compañeros.
El funeral se celebró el pasado miércoles en la iglesia de la Virgen del Puerto, en Santoña, localidad natal del portero. Centenares de personas acudieron a despedirlo, entre familiares, amigos, vecinos y representantes del fútbol regional. Muchos asistentes tuvieron que permanecer fuera del templo debido a la gran afluencia.
El silencio que acompañó la llegada del coche fúnebre reflejó la magnitud del dolor compartido por toda la comunidad. Compañeros de equipo, entrenadores y allegados acompañaron a la familia en un último adiós marcado por la emoción y el respeto.