Hablar de de Carlos Julio Guzmán es como entrar a un camerino deportivo: siempre hay calor humano, historias que se cuentan entre risas y ese inconfundible aroma a linimento que, según él mismo, no puede faltar en la vida de un periodista.
Con más de cinco décadas en los medios, este bogotano se ha convertido en un personaje reconocido en cada rincón de Colombia, donde lo saludan con tanta calidez que pareciera más ídolo que narrador. Lea: Memoria: así fue el homenaje del Clásico RCN a las víctimas de Armero
Su carrera comenzó en 1971, cuando decidió que la Ingeniería Industrial en la Universidad del Rosario no era lo suyo. Cambió las fórmulas por los micrófonos y, de la mano de maestros como Alberto Piedrahita Pacheco, Hernán Peláez, Humberto Salcedo Jr. y Armando Moncada Campuzano, aprendió que el periodismo deportivo se lleva con respeto, pasión… y una buena dosis de humor.
Él mismo cuenta que a cada pueblo al que llega lo reciben como a un campeón. “Eso me deja dos reflexiones”, dice con la seriedad de un árbitro antes de pitar el inicio: “la primera, que la gente es demasiado generosa conmigo; y la segunda, que todo lo aprendido de mis maestros lo he sabido aprovechar. Y eso lo percibe la gente que me saluda por donde voy”.
Si algo lo caracteriza es su humildad. No porque no tenga motivos para presumir —que los tiene de sobra—, sino porque está convencido de que, aunque los reflectores lo iluminen, nunca se puede olvidar de los orígenes. Esa es la regla de oro que lo ha mantenido en el corazón de la audiencia durante más de medio siglo.
Entre sus múltiples entrevistas a deportistas de renombre, hay uno que lo marcó para siempre: Martín Emilio “Cochise” Rodríguez. A ese campeón de la bicicleta lo admira sin titubeos, con la misma emoción con la que un niño recibe su primera cicla en Navidad.
Cuando le preguntan por consejos a los periodistas jóvenes, Guzmán no se complica: “respeto por la profesión y estar siempre en la jugada”. Luego, con su chispa, agrega la receta secreta: “hay que oler el linimento que usan los deportistas antes de la competencia, eso le da roce al periodista”. Lo dice tan en serio que más de uno ha debido salir de las cabinas de transmisión directo a la farmacia.
Pero si de eventos se trata, Guzmán tiene claro que el Clásico RCN ocupa un lugar especial. Para él no es solo una carrera, sino una familia ambulante que lleva el ciclismo a los rincones más apartados de Colombia.
“La Vuelta a Colombia pasa por lo mismo de siempre, el Clásico se mete hasta en la cocina del país”, suele bromear, recordando anécdotas y vivencias compartidas en carretera.
Detrás de ese periodista incombustible está el hijo mayor de seis hermanos, criado en una familia bogotana numerosa que le enseñó a abrirse camino a punta de esfuerzo. De sus dos relaciones sentimentales nacieron sus cuatro hijas, que no solo lo cuidan y lo “pechichan”, sino que también actúan como juezas estrictas de su vida. Él, orgulloso, reconoce que son su verdadero motor.
Su voz y su estilo se escucharon primero en Radio Nueva Granada, desde donde fue escalando hasta colarse en la televisión nacional. Allí pasó por RCN, Caracol, RTI, Canal Capital y Win Sports, dejando huella en programas como “TV Sucesos”, “Vea Colombia”, “El Gol Caracol” y “Momento Deportivo”. Su sello era inconfundible: comentarios serenos, análisis críticos y, de vez en cuando, una ocurrencia que hacía sonreír a sus compañeros.
Con ese tono entre serio y jocoso, Guzmán ha cubierto de todo: desde mundiales de fútbol y Juegos Olímpicos hasta Vueltas a Colombia, Giros de Italia y Tours de Francia. Incluso deportes que muchos apenas nombran como natación, patinaje, golf, baloncesto o béisbol. La versatilidad es otra de sus cartas ganadoras.
Hoy, a sus más de 50 años de carrera, Carlos Julio Guzmán sigue siendo el periodista que combina humor, experiencia y humanidad.
De la ingeniería al periodismo
El hombre que cambió el casco de ingeniero por el micrófono y que todavía recuerda con una sonrisa aquella primera lección de Piedrahita Pacheco: el periodismo se hace con pasión… y un buen toque de picante. Lea: Copa Libertadores: Flamengo, con Jorge Carrascal, va a la semifinal
Es el narrador que no solo cuenta goles y pedalazos, sino que también transmite cariño, anécdotas y hasta aromas. Porque sí, Carlos Julio Guzmán es el único periodista deportivo en Colombia capaz de afirmar —y demostrar— que el linimento también es parte de la profesión.