En la jornada de este domingo, 31 de agosto, la escudería italiana Ferrari ha vivido un día para olvidar en el Gran Premio de Países Bajos en el circuito de Zandvoort.
En la vuelta 53 del Gran Premio, el piloto monegasco Charles Leclerc sufrió un impactante choque que lo dejó fuera de competencia. Tras cambiar sus neumáticos golpeó contra el italiano Kimi Antonelli, de Mercedes, en la tercera curva del Circuito de Zandvoort, provocando que su coche se descontrolara y perdiera la parte delantera. Lea aquí: Fórmula Uno: Oscar Piastri, el líder, logra la pole en Países Bajos
¡LECLERC CONTRA EL MURO Y AFUERA! El piloto de Ferrari se tocó con Antonelli y tiene que abandonar en Zandvoort. ¡Hay Safety Car!
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Como si eso fuera poco, más temprano en la jornada, en la vuelta 23, el campeón de siete títulos mundiales Lewis Hamilton también sufrió un doloroso accidente en la tercera curva del trazado. El británico perdió el control de su auto y quedó por fuera de la carrera tras golpearse contra las vallas. Ambos pilotos quedaron sin chances de sumar puntos.
Luego de ambos accidentes, el Virtual Safety Car apareció para intervenir en la carrera, la cual ha sido detenida en reiteradas ocasiones por lo estrepitosa que ha sido. Le puede interesar: GP de Países Bajos: horario, transmisión y lucha entre gigantes del volante
NO FUE EL FIN DE SEMANA PARA LEWIS... 🥺 Hamilton chocó contra el muro y tuvo que abandonar la carrera en Zandvoort.
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Más sobre el Gran Premio de Países Bajos
El Gran Premio de los Países Bajos de Fórmula 1 se corre en el Circuito de Zandvoort, un trazado clásico inaugurado en 1948 y famoso por su cercanía a las dunas y al mar del Norte. La carrera hizo parte del calendario de la F1 desde 1952 hasta 1985, y tras más de tres décadas de ausencia, regresó en 2021 gracias al boom del neerlandés Max Verstappen, ídolo local y dos veces campeón del mundo.
Zandvoort es un circuito técnico, estrecho y con curvas muy rápidas y peraltadas, lo que lo hace exigente tanto para los pilotos como para los ingenieros. La atmósfera es única: decenas de miles de aficionados neerlandeses pintan las gradas de naranja, creando una auténtica “marea orange” que convierte la cita en una de las más espectaculares del calendario. Hoy, el Gran Premio de los Países Bajos no solo es una prueba clave de la temporada, sino también un evento cargado de pasión y orgullo nacional.