Tras una intensa y maratónica victoria de más de cuatro horas y media sobre el ruso Karen Khachanov en la cancha 11 del US Open, el tenista polaco Kamil Majchrzak, visiblemente emocionado y agradecido, se acercó a los fans para firmar autógrafos.
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El UniversalEn un momento especial, decidió regalarle su gorra autografiada a un niño que sostenía una pelota gigante lista para ser firmada, en un acto de cercanía y generosidad que emocionó a muchos presentes. Lea: Vuelta a España: Jasper Philipsen se impone en la octava etapa
Lo que debía ser un instante de alegría para el pequeño se volvió indignante. Apenas la gorra tocó las manos del niño, un hombre adulto que estaba junto a él se la arrebató y la escondió inmediatamente en la bolsa de una mujer acompañante, quien incluso grabó la escena con su celular.
El niño, visiblemente confundido y dolido, alcanzó a preguntar: “¿Qué estás haciendo?”, mientras veía cómo desaparecía su recuerdo inolvidable.
El incidente fue captado por las cámaras del evento y rápidamente se viralizó en redes sociales, provocando una oleada de reproches contra el espectador. Usuarios lo calificaron con términos como “jerk”, “repugnante”, “irrespetuoso”, y muchos exigieron sanciones.
Una parte del público se preguntó si se trataba de una broma pesada por parte del adulto al ser el supuesto padre, pero eso nunca se confirmó, y la actitud generó una fuerte ola de rechazo.
Horas después, Majchrzak se enteró de lo sucedido mediante el video viral y recurrió a su cuenta de Instagram para intervenir: “Después del partido no me di cuenta de que la gorra no le había llegado. Gracias a @asicstennis tengo suficientes gorras, así que estoy preparado para eso. ¿Pueden ayudarme a encontrar al niño? Si eres tú (o tus padres lo ven), por favor envíenme un DM”.
El gesto solidario del tenista tuvo su impacto: pocas horas después, pudo identificar al niño con la ayuda de la comunidad online y de los organizadores del torneo.
El niño recibió la gorra
Una nueva historia en Instagram, compartió que logró contactarlo, “Estoy impresionado con el poder de internet. ¡Lo conseguimos! Todo bien ahora”. Así, el niño recibió finalmente la gorra prometida, y el episodio, aunque desafortunado, concluyó con un acto de reparación y humanidad.