Novak Djokovic, séptimo cabeza de serie, escribió un nuevo capítulo en su legendaria carrera al clasificarse a la cuarta ronda del Abierto de Estados Unidos tras derrotar al británico Cam Norrie.
Lo hizo sobreponiéndose a molestias en la espalda y, a los 38 años, se convirtió en el hombre más veterano en alcanzar esta instancia desde 1991, cuando Jimmy Connors lo consiguió con la misma edad. Lea: Fórmula Uno: Oscar Piastri, el líder, logra la pole en Países Bajos
El serbio se impuso en un duelo exigente con parciales de 6-4, 6-7 (4), 6-2 y 6-3, apoyado en 18 aces que reflejaron su mejor desempeño al servicio en lo que va del torneo. Aunque cedió el segundo set en el tiebreak, reaccionó con contundencia para cerrar el partido en cuatro parciales, mostrando que su jerarquía sigue intacta.
En el segundo set volvió a recibir masajes y medicación en los cambios de lado, pero lejos de rendirse, se reinventó en la cancha. Con golpes profundos y una notable efectividad en su servicio, consiguió imponer el ritmo y sellar una clasificación que también lo llevó a igualar a Roger Federer como el jugador con más presencias en octavos de final de torneos de Grand Slam, con 69 apariciones.
Djokovic enfrentará en la siguiente ronda al alemán Jan-Lennard Struff, proveniente de la fase clasificatoria, en lo que representa un reto inesperado dentro del cuadro.
Aunque no quiso dar detalles sobre su lesión, el serbio se mostró optimista: “Estoy bien. Estoy tan joven como siempre y tan fuerte como siempre”, declaró con una sonrisa. Lea: Posiciones en la Liga BetPlay, tras la goleada de Junior ante Llaneros
Se trata de grandeza
Con esta victoria, el 24 veces campeón de Grand Slam confirma que, pese a las dolencias que lo han acompañado durante la temporada —en Australia por un desgarro, en Wimbledon por una torcedura— sigue siendo un competidor indomable. En Nueva York, su objetivo está claro: ampliar su legado y demostrar que la edad no es un límite cuando se trata de grandeza.