Miguel “Happy” Lora, leyenda del boxeo colombiano, fue sorprendido por una desgarradora noticia durante el homenaje que se le rendía este viernes, al cumplirse 40 años de la conquista de su título mundial.
En ese momento, se encontraba alegre, compartiendo con invitados, hasta que alguien le informó lo acontecido: su compadre y amigo cercano, el periodista deportivo Eugenio Baena Calvo, había fallecido.
El periodista Estewil Quesada fue el enrcargado de da triste noticia al oído. Lea: Cartagena se alista para despedir a Eugenio Baena: esta es la funeraria
La reacción inmediata de Lora fue de incredulidad. Se tomó la cabeza, exclamó “¡Nojodaa!”, y preguntó con asombro: “¿Se murió? ¿Quién?”. Fue un golpe emocional que lo dejó sin palabras, tan abrupto como doloroso.
No pudo contener las lágrimas. El llanto brotó con fuerza, reflejando el afecto y cercanía que lo unía a Eugenio. En ese instante, el ambiente festivo del homenaje se transformó en una escena cargada de tristeza y conmoción.
Tras el impacto inicial, Lora intentó poner en palabras la confianza y cariño que unían su vida y la del comunicador. “Estoy muy triste, que Dios lo tenga en su santo reino… Yo soy el padrino de la Chechi Baena cuando ella tenía dos años. Mi compadre… éramos buenos amigos, qué tristeza. Increíble, Dios mío, lamentable. No lo puedo creer todavía” dijo durante el programa Blog Deportivo de Blu Radio.
En otra intervención desde el evento, Lora reconoció el contraste entre la alegría del homenaje que recibía y la tristeza de perder a su amigo ese mismo día: “Hoy me están haciendo un homenaje, estoy feliz, pero fallece mi compadre, Eugenio Baena. Estoy muy triste”.
Conmovedor mensaje a la familia
Luego envió su despedida: “Que en paz descanse, Dios lo tenga en su santo reino. Le doy paz en la tumba y el pésame a mi ahijada y a toda su familia”. Lea: Desgarrador relato de La Chechi ante la muerte de su papá, Eugenio Baena
La ceremonia que debía ser de celebración se volvió un momento de recogimiento, donde un minuto de silencio marcó el cierre anticipado del evento. Ese día, el ring y los micrófonos se vistieron de luto por la pérdida de quien fue mucho más que un periodista para Lora: un compañero incondicional dentro y fuera del deporte.