Durante la final del Mundial de Clubes 2025, disputada el pasado domingo en el MetLife Stadium de Nueva Jersey, Donald Trump entregó el trofeo al Chelsea tras su victoria por 3‑0 sobre el PSG.
Lo que nadie esperaba fue que, tras la entrega, el expresidente se quedara en el podio celebrando junto a los jugadores ingleses – una imagen que generó desconcierto entre los futbolistas, especialmente Cole Palmer, que se preguntaba “¿qué está haciendo?”. Lea: Palmeiras recibe nuevas ofertas por Richard Ríos: ¿qué club ganará la puja?
Lo más sorprendente llegó después, cuando Trump reveló que el trofeo original fue llevado al Despacho Oval de la Casa Blanca. Según el propio expresidente, Gianni Infantino – presidente de la FIFA – le pidió que “guardara el trofeo un rato” y luego admitió que nunca lo recogerían, permitiéndole quedárselo “para siempre”.
A raíz de esta decisión, el Chelsea no recibió el trofeo original, sino una réplica fabricada ex profeso. Trump confirmó que “hicieron uno nuevo” para los Blues, mientras él mantenía el original en la Oficina Oval.
El gesto del expresidente provocó tensos momentos en la ceremonia. El portero Robert Sánchez incluso le susurró algo al oído a Trump, que sin embargo no se apartó, impidiendo que los jugadores comenzaran sus saltos de celebración sin que él estuviera en primer plano.
Medios como The Daily Beast informes que el trofeo, valorado en unos 230.000 USD y hecho en colaboración con Tiffany & Co., permanece en la Casa Blanca por decisión de Infantino, quien viajó varias veces a Washington durante la presidencia de Trump.
Incluso se menciona que Trump habría recibido una medalla por parte de FIFA tras la ceremonia. Lea: Palmeiras recibe nuevas ofertas por Richard Ríos: ¿qué club ganará la puja?
Estrecha relación con Fifa
Este episodio muestra la estrecha relación entre Trump y la FIFA, un vínculo que podría influir en la preparación del Mundial 2026, coorganizado por Estados Unidos. Además, Trump aprovechó para bromear sobre firmar una orden ejecutiva para renombrar el “soccer” como “football”, lo que generó reacciones diversas tanto en el entorno futbolístico como en la opinión pública.