Gianni Infantino, presidente de la FIFA, se mostró muy complacido con el desarrollo de la primera edición del Mundial de Clubes ampliado, y eligió un escenario particular para expresarlo: la Trump Tower de Nueva York, reflejo de su estrecha relación con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
“Él abrazó de inmediato la importancia del Mundial de Clubes y, por supuesto, del Mundial del año próximo”, destacó Infantino, quien agradeció el “apoyo total” brindado por las autoridades estadounidenses, al resaltar que sin ese respaldo es imposible organizar eventos de esta magnitud. Lea aquí: Mundial de Clubes: Gran final, Chelsea vs. PSG, hora y dónde ver
Infantino también confirmó que Donald Trump asistirá este domingo a la final del torneo, que enfrentará al Chelsea y al Paris Saint-Germain en el MetLife Stadium de East Rutherford, en Nueva Jersey.

Acompañado por el trofeo del campeonato y seis leyendas del fútbol —Ronaldo, Kaká, Roberto Baggio, Esteban Cambiasso, Alessandro Del Piero y Hristo Stoichkov—, Infantino aseguró que el torneo marca “el inicio de la edad de oro del fútbol global de clubes” y calificó esta primera edición como un “enorme, enorme, enorme éxito”.
Según cifras reveladas por el propio presidente de la FIFA, se vendieron alrededor de 2,5 millones de entradas y se generaron ingresos cercanos a los 2.100 millones de dólares. No obstante, también admitió que aún hay aspectos por mejorar, como los partidos jugados en altas temperaturas o la sobrecarga de encuentros que enfrentan los futbolistas a lo largo de la temporada.
“La salud de los jugadores es fundamental para nosotros en la FIFA”, remarcó Infantino, asegurando que el organismo debe procurar que los protagonistas estén en condiciones óptimas para rendir en el campo. Le puede interesar: Chelsea vs. PSG: esta es la razón por la que habrá máxima seguridad en París
El desafío del Mundial de Clubes con los calendarios
Además, reconoció el desafío que representa encontrar un equilibrio en los calendarios. “Ahora, los que juegan más partidos son los que ganan y los que llegan a las finales. Los jugadores y entrenadores me dicen que prefieren jugar a entrenar, pero también necesitan vacaciones y descanso. Eso tenemos que analizarlo bien para el futuro”, concluyó.