El belga Jasper Philipsen, corredor del equipo Alpecin‑Deceuninck, se impuso con autoridad en la primera etapa del Tour de Francia 2025, disputada en un circuito de 184,9 km con inicio y final en Lille.
Su espectacular sprint le permitió hacerse con su décima victoria de etapa en la grande boucle y, lo que es más importante, enfundarse el codiciado maillot amarillo en la primera jornada. Lea: Gran Premio de Gran Bretaña: Verstappen se llevó la pole
La jornada estuvo marcada por fuertes rachas de viento que provocaron múltiples cortes y fragmentaron el pelotón en abanicos, generando momentos de gran tensión táctica. Incluso figuras como Remco Evenepoel, Primož Roglič y otros favoritos quedaron descolgados, perdiendo segundos preciosos en la clasificación general.
Aún así, el equipo de Philipsen mostró solvencia para mantener la calma y controlar las situaciones adversas.
En los últimos cinco kilómetros se produjo una caída múltiple que involucró a Ben O’Connor y Marijn van den Berg, aunque la normativa impidió que el incidente provocara pérdida de tiempo para los implicados.
También se registró la retirada del especialista en contrarreloj Filippo Ganna tras sufrir una caída en la parte inicial de la etapa.
El desenlace de lujo lo protagonizó el propio Philipsen, quien lanzó el sprint en el lugar preciso y logró contener el ataque del eritreo Biniam Girmay y el noruego Soren Wærenskjold, finalizando con un margen suficiente para lograr el éxito y el jersey amarillo que lo acredita como líder de la general.
Para Philipsen, este triunfo supone la consecución de su décima etapa en el Tour desde su debut en 2019, un logro que lo confirma como uno de los mejores velocistas del pelotón actual.
Además, según declaraciones previas, este ambicionado maillot amarillo representaba uno de sus grandes objetivos personales para la temporada .
Trabajo colectivo
Mathieu van der Poel, compañero de equipo y corredor de espectaculares clásicas, ejerció como lanzador aliado, colocando a Philipsen en posición ideal para rematar con potencia y velocidad en el sprint final.
La etapa inaugural ha sentado un precedente interesante para el Tour: la combinación de condiciones adversas, tácticas de equipo precisas y un final electrizante anticipa tres semanas de espectáculo. Philipsen, con maillot amarillo y el respaldo de su equipo, asume el reto de mantener el liderato y seguir acumulando victorias parciales. Lea:
Su hambre por vestir el amarillo se confirma como un motor clave para lo que viene en las próximas jornadas.