Hay tenistas que son auténticos acertijos. Un día parecen fuera de forma, sin ritmo, y al siguiente le arrancan un set al mejor jugador sobre hierba del momento. Jan-Lennard Struff es uno de ellos. El alemán, siempre incómodo para Carlos Alcaraz, volvió a ser una piedra en el zapato del murciano, quien necesitó cuatro sets para superarlo y avanzar a los octavos de final de Wimbledon: 6-1, 3-6, 6-3 y 6-4.
A sus 35 años, Struff es un personaje peculiar en el circuito. Deambula por el All England Club con camiseta sin mangas, gorra hacia atrás y una actitud relajada que desconcierta. Incluso fue visto almorzando tranquilamente apenas media hora antes de enfrentar a Alcaraz. Lea aquí: Novak Djokovic tuvo una tranquila victoria en segunda ronda de Wimbledon
En un deporte donde los rituales y los detalles se cuidan al milímetro, su estilo desentona, pero de alguna manera funciona.

Su tenis también sigue esa lógica impredecible. Un par de kilómetros por hora más o menos en su servicio, unos centímetros de margen en sus tiros, y pasa de la brillantez al desastre sin escalas. El primer set fue un paseo para Alcaraz, despachado en 27 minutos, dejando a más de uno en la central preguntándose si de verdad Struff era el número 125 del mundo. Pero los sacadores como él viven en esa cuerda floja: lo mismo rozan el ridículo que el triunfo inesperado.
En el segundo set ajustó esos detalles. Empezó a encontrar ritmo, a quitarle iniciativa a Alcaraz y a multiplicar sus tiros ganadores. No era la primera vez que lo hacía sufrir. En sus cuatro enfrentamientos anteriores, el español siempre había cedido al menos un set: en Madrid el año pasado, en la final de ese mismo torneo dos años atrás, en Wimbledon 2021 donde forzaron cinco sets, y en Roland Garros 2021, cuando Alcaraz aún era un novato.
Struff es el típico rival que cuando entra en calor, se vuelve un dolor de cabeza. Si pierde un punto, se ajusta la gorra y sigue adelante. Nada de lamentos ni frustraciones. Si acierta, bien; si falla, a pensar en la siguiente. Frente a los mejores del mundo, no tiene nada que perder. Y aunque rozó la épica, le faltó precisión en momentos clave: una bola de ‘break’ con 3-2, un 0-30 salvado por Alcaraz, y seis ventajas desperdiciadas con 4-4. Le puede interesar: Carlos Alcaraz volvió a sudar de más en Wimbledon
El español, en cambio, no perdonó la suya y se llevó el noveno juego, lo que sería el quiebre decisivo.

El próximo rival de Carlos Alcaraz
Con esta victoria, Alcaraz se sacude de un rival siempre incómodo y enfila su camino hacia los octavos de final, donde lo espera un viejo conocido: Andrey Rublev. El ruso, que ha aprovechado un cuadro favorable, se medirá por cuarta vez ante el murciano. Alcaraz le venció en Turín en 2023 y 2024, pero cayó en los cuartos de Madrid el año pasado, cuando jugó con molestias físicas. El duelo está programado para este domingo.