Mientras París y Milán sueñan con la gloria, el PSG de Luis Enrique y el Inter de Simone Inzaghi se preparan para una final de Champions cargada de superstición, historia y simbolismo, con el imponente Allianz Arena como escenario de fondo. Ambos equipos llegan con sed de revancha, tras haber rozado la copa en los últimos años: los franceses en 2020 ante el Bayern, los italianos en 2023 contra el Manchester City.
Pero más allá de lo deportivo, hay una serie de curiosidades que rodean el encuentro y que alimentan la narrativa de un duelo que promete ser parejo y vibrante. Lea aquí: Champions 2025: PSG vs. Inter, ¿Cuándo y dónde será la final?

Luis Enrique y lo curioso en el Allianz Arena
El técnico español ha dirigido diez finales a partido único, y solo ha perdido una: la Liga de Naciones 2021, en San Siro, curiosamente ante Francia, con un polémico gol de Mbappé. En finales a doble partido, su única derrota fue en la Supercopa de España 2016, frente al Real Madrid.
A su favor también juega el historial del Allianz Arena, un estadio que cada vez que acogió una final continental vio coronarse a un nuevo campeón: Nottingham Forest (1979), Marsella (1993), Borussia Dortmund (1997) y Chelsea (2012). Un dato alentador para un PSG que busca su primera ‘Orejona’.
Además, la única Champions ganada por un club francés fue precisamente en este mismo escenario: el Olympique de Marsella en 1993... ante un equipo italiano. Y por si fuera poco, la única final de Champions que dirigió Luis Enrique la ganó, con el Barcelona en 2015, ante otro equipo italiano: la Juventus. También en Alemania, en Berlín. Le puede interesar: Champions League: este fue el camino de PSG e Inter para llegar a la final

El Inter se viste de amarillo
El Inter, por su parte, acudirá a la cita con una decisión que rompe con la tradición: jugará con su tercera equipación, de color amarillo. Será la primera vez que los ‘nerazzurri’ disputen una final de este calibre sin su habitual camiseta de rayas negras y azules.
¿La razón? La superstición. La segunda equipación, blanca, fue descartada tras la única derrota en esta Champions, ante el Bayer Leverkusen. La amarilla, en cambio, trae buenos recuerdos: dos victorias en Europa con ella, suficiente para ganarse el puesto en la final.
A diferencia de España, donde el amarillo se asocia a la mala suerte, en Italia es el color ‘viola’ (morado) el considerado ‘gafe’. En el teatro italiano, por ejemplo, nadie se atreve a estrenar una obra vestido de morado. Más aquí: Inter logró récord previo al partido con Barcelona en Champions
Una final con historia, superstición y mucha igualdad
Ambos equipos llegan tras eliminar a gigantes del continente: el PSG barrió a los ingleses, mientras que el Inter dejó en el camino al Bayern y al Barcelona. Lo futbolístico promete, pero también lo simbólico.
Una final igualada, en un estadio con mística, con entrenadores que apelan tanto al trabajo como a los detalles invisibles. Supersticiones, camisetas, historia, casualidades. Todo entra en juego en la gran cita de Múnich. ¿Se inclinará el destino hacia Luis Enrique y su impecable historial? ¿O será la camiseta amarilla del Inter el nuevo amuleto europeo?
