El fútbol español está de luto. Manolo Cabanes, más conocido como Manolo ‘el del Bombo’, falleció este jueves 1 de mayo a los 76 años en la localidad de Vila-Real, tras permanecer varios días hospitalizado por problemas respiratorios.
Su figura, inseparable de la camiseta de la Roja y el estruendo de su inseparable bombo, deja un vacío inmenso en las gradas y en el corazón de millones de aficionados. Lea: Gran Premio de Miami: horarios, favoritos y dónde ver esta carrera
Su última aparición pública fue a finales de marzo en el estadio de Mestalla, donde asistió al partido amistoso entre España y Países Bajos. Fue un escenario simbólico, ya que Mestalla fue durante años su “segunda casa”, el estadio donde más veces vio jugar a su amada selección.
Desde el Mundial de España en 1982, Manolo acompañó a la Roja en todas las grandes citas internacionales. Estuvo presente en diez Copas del Mundo —desde España 82 hasta Rusia 2018— y en ocho Eurocopas, convirtiéndose en un emblema de la afición española. Con su entusiasmo, su bombo y su fidelidad incondicional, fue mucho más que un hincha: fue un símbolo del aliento y la pasión.
Manolo no se perdía ni los partidos amistosos ni los de clasificación. Sin embargo, no pudo asistir al Mundial de Qatar 2022, a pesar de que la Real Federación Española de Fútbol le proporcionó entradas y pasajes. La falta de alojamiento —requisito indispensable para ingresar al país— frustró su viaje, algo que él lamentó profundamente.
Tras conocerse su muerte, la selección española expresó su pesar en redes sociales: “Ha fallecido uno de nuestros seguidores más fieles, quien siempre nos acompañó en las buenas y en las malas.
Sabemos que seguirás haciendo retumbar nuestros corazones. Descansa en paz, Manolo”. El mensaje fue acompañado por miles de reacciones de fanáticos agradecidos por su legado.
El homenaje fue unánime. LaLiga, el Comité Olímpico Español, clubes como Zaragoza, Getafe, Leganés y Real Oviedo, entre muchos otros, recordaron con cariño a Manolo ‘el del Bombo’. Su figura quedará grabada en la historia del fútbol español como el hincha que convirtió la devoción en una forma de vida.