El superclásico entre River Plate y Boca Juniors dejó mucho más que un 2-1 a favor del equipo de Núñez. Para los hinchas millonarios, este lunes tiene un sabor especial: es el regreso triunfal a la rutina después de vencer al rival de toda la vida, una victoria que no solo se mide en tres puntos, sino en orgullo, en memoria y en la ilusión de un mejor presente.
El marcador pudo ser corto, pero el impacto emocional es enorme, anestesiando por ahora cualquier herida reciente. Lea: ¿A Brasil? Ancelotti no dirigiría al Real Madrid en el Mundial de Clubes
Como suele pasar en estos duelos cargados de historia, tensión y pasión, el juego también trajo su cuota de polémica.
Esta vez el foco estuvo en un cruce caliente entre Miguel Borja y Agustín Marchesín. El colombiano, que celebraba con intensidad el gol de Driussi, fue increpado duramente por el arquero de Boca, lo que desencadenó una discusión que terminó con tarjeta amarilla para el atacante, a pesar de que en ese momento todavía estaba en el banco de suplentes.
Según reportes en medios argentinos, Marchesín lanzó un comentario particularmente hiriente que tocó una fibra sensible para Borja: lo habría acusado de ser un “golpeador de nenes”, refiriéndose a un caso de presunta violencia intrafamiliar que en su momento fue desmentido por el propio jugador y cerrado sin cargos por la justicia argentina.
El recuerdo de esa denuncia, que quedó en el pasado, reavivó un momento de alta tensión en la cancha.
Tras el partido, surgieron versiones que indicaban que el entorno de Borja estaba evaluando una posible acción legal contra Marchesín por sus dichos. Incluso algunos periodistas argentinos afirmaron que hubo consultas con abogados para determinar si correspondía una demanda por calumnias o difamación.
Sin embargo, el propio círculo cercano al delantero colombiano desmintió que se fuera a proceder judicialmente.
De acuerdo con fuentes periodísticas, Borja ha decidido dejar el episodio en la cancha. A pesar de la bronca inicial, el atacante entendió que no vale la pena trasladar el conflicto más allá del campo de juego y que su energía debe estar enfocada en ganarse un lugar más importante bajo la dirección técnica de Marcelo Gallardo, especialmente tras un clásico en el que dispuso de pocas chances claras de gol.
Así, mientras River saborea una victoria que reafirma su dominio en los clásicos recientes, el incidente entre Borja y Marchesín quedará como una anécdota más en una rivalidad que cada día suma nuevos capítulos. Lea: Colombia, epicentro del talento juvenil en el Sudamericano Femenino Sub-17
La pasión, la fricción y las historias personales siguen haciendo del River-Boca un espectáculo que trasciende el fútbol mismo.