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Dodgers, campeones de la Serie Mundial, son recibidos en la Casa Blanca

El presidente Donald Trump, fiel a su estilo, combinó las felicitaciones con declaraciones muy polémicas.

Dodgers, campeones de la Serie Mundial, son recibidos en la Casa Blanca

El presidente Donald Trump recibe a los jugadores de los Dodgers en la Casa Blanca./AP

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La visita de los Dodgers de Los Ángeles a la Casa Blanca este lunes, tras coronarse campeones de la Serie Mundial, estuvo lejos de ser un simple acto protocolario. Bajo la presidencia de Donald Trump, el evento se convirtió en un cruce de reconocimiento deportivo, mensajes políticos y silencios que hablaron tanto como los discursos.

Trump, fiel a su estilo, combinó las felicitaciones con declaraciones polémicas. Aunque elogió con entusiasmo a figuras como Shohei Ohtani, Mookie Betts y Tommy Edman, no dudó en excluir a ciertos senadores demócratas de la ceremonia alegando que “simplemente no me gustan particularmente”. La omisión, más allá de lo anecdótica, confirmó que en esta administración incluso un festejo deportivo puede volverse una declaración política. Lea: Gobernación de Bolívar y su aporte al deporte en lo que va de 2025

La jornada coincidió con un día turbulento en la bolsa de valores, tras la reafirmación de aranceles por parte del presidente. Sin embargo, Trump se dio tiempo para destacar los logros individuales de los jugadores. Subrayó la histórica temporada de Ohtani, quien registró 50 jonrones y 50 bases robadas, y elogió también al lanzador japonés Yoshi Yamamoto.

Uno de los momentos más comentados fue el reconocimiento a Mookie Betts. Trump aprovechó para lanzar una crítica velada a los Medias Rojas de Boston por haberlo transferido, y le estrechó la mano con efusividad. La escena tuvo un peso simbólico particular: en 2019, Betts había decidido no asistir a la Casa Blanca cuando Boston ganó el campeonato, en desacuerdo con el clima político del momento.

Betts, ahora con 32 años, es el único jugador negro del plantel campeón que repitió visita. Su presencia, lejos de ser automática, fue fruto de una reflexión interna: “Nadie más en este vestuario tiene que tomar una decisión como esta excepto yo”, confesó. Aclaró que no se trataba de una postura política, sino del deseo de estar con su equipo en una ocasión única.

El mánager Dave Roberts consideró la invitación un honor, aunque reconoció que no hubo un diálogo formal para decidir si asistir o no. Para muchos, este tipo de actos están cargados de significados que van más allá del terreno de juego, especialmente en tiempos de divisiones políticas tan marcadas. Lea: Torneo Esmeralda de Golf: buenos golpes y solidaridad

La visita ocurrió apenas semanas después de que se restableciera en línea una página del Departamento de Defensa que documenta el servicio militar de Jackie Robinson, pionero de los derechos civiles y leyenda de los Dodgers. Un gesto que, aunque ajeno al equipo actual, parece recordar que la historia del béisbol y la lucha por la igualdad han estado siempre entrelazadas.

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