Juan Soto no tardó en hacer sentir su impacto con los Mets de Nueva York. En la tercera entrada del juego del viernes ante los Astros de Houston, el toletero dominicano conectó su primer jonrón con la novena neoyorquina, desatando la euforia en el Citi Field. Los Mets ganaron 3-1.
El batazo llegó en un momento clave, con dos outs, nadie en base y una cuenta de 1-2, cuando Soto castigó un lanzamiento de Hunter Brown que voló por el jardín derecho. Lea: Messi y Djokovic se encuentran en el Miami Open e intercambian camisetas
El cuadrangular, que recorrió 390 pies, le dio una ventaja de 3-0 a los Mets. Soto, de 26 años, siguió la trayectoria de la pelota con la mirada antes de comenzar a caminar lentamente hacia la primera base, soltando el bate con elegancia. Fue un gesto lleno de confianza, que reafirmó por qué es considerado uno de los mejores bateadores de las Grandes Ligas.
Mientras recorría las bases, Soto no pudo ocultar su emoción. Esbozó una sonrisa, se golpeó el pecho y, al llegar al plato, levantó las manos al cielo en señal de agradecimiento. Fue una escena que contrastó con el amargo desenlace del juego inaugural de la temporada, donde se ponchó en un momento clave ante Josh Hader.
En ese primer encuentro, Soto falló con dos hombres en base y dos outs en la novena entrada, tras un slider fuera de la zona que le valió el último out del juego. La derrota 3-1 ante los Astros dejó un sabor agridulce en su debut, a pesar de que había conectado un sencillo y recibido dos boletos ese mismo día.
El jonrón del viernes no solo borró ese mal recuerdo, sino que también ratificó la enorme expectativa que rodea al dominicano en esta nueva etapa de su carrera. Soto firmó en diciembre un contrato histórico de 765 millones de dólares por 15 años con los Mets, convirtiéndose en uno de los jugadores mejor pagados de la historia del béisbol. Lea: Golf y solidaridad se dan cita en Cartagena con la Esmeralda Charity Cup
Antes de su estacazo, Soto se había ponchado en su primer turno al bate de la noche. Pero en su segunda oportunidad, no perdonó. Su primer jonrón con los Mets fue una muestra de poder, temple y carácter. Y apenas comienza la temporada.