Gabriel García Márquez se convirtió en hincha del Junior de Barranquilla en la época dorada del fútbol colombiano, cuando las grandes figuras internacionales llegaban al país y lo convertían en uno de los focos principales del balompié.
El escritor, quien en aquel entonces trabajaba como periodista en El Heraldo de Barranquilla, narró el momento en que se hizo seguidor del equipo tiburón en un artículo publicado el 5 de junio de 1950.
En el texto, el autor de Cien años de soledad contó que asistió al estadio Municipal de Barranquilla para presenciar el duelo entre Junior y Millonarios, equipo que contaba con estrellas legendarias como Alfredo Di Stéfano, Adolfo Pedernera y Néstor Rossi. Aunque al principio se mostró reticente a este deporte, García Márquez quedó atrapado por la emoción del ambiente y el fervor de los hinchas en las tribunas. Le puede interesar Gabriel García Márquez: cómo nació el personaje de Remedios, la bella

Gabriel García Márquez y el fútbol
“El partido fue una experiencia transformadora”, relató el escritor en su crónica. Durante el encuentro, describió con humor y precisión el dominio del Junior sobre Millonarios, elogiando el desempeño de sus jugadores a pesar de la calidad de sus rivales. Además, hizo ingeniosas comparaciones entre los futbolistas y grandes escritores y críticos literarios de la época.
El texto culminó con una invitación del escritor al doctor Adalberto Reyes para que se uniera a él y compartiera la pasión por el Junior. Esta crónica reflejó el amor poco conocido de García Márquez por el fútbol. También su capacidad para plasmar la esencia de los momentos históricos a través de la escritura, pues fue una columna impecable.
Este 6 de marzo se conmemoran 98 años del natalicio del Nobel colombiano. Su legado como escritor trasciende la literatura y se conecta con el fútbol, un deporte que, según sus propias palabras, lo llevó a perder “por completo el sentido del ridículo” mientras celebraba un triunfo del equipo tiburón.