Luis Carlos Mendivil es su nombre y en el futsalón y fútbol se le recuerda con mucho agrado. Su talento con el balón de verdad que fue impresionante, quienes le vieron jugar se deleitaron muchísimo con sus jugadas y goles de gran factura.
Ya no hace goles ni jugadas con sus piernas. No puede, la vida golpeó con una enfermedad, llamada Lupus que le impidió seguir siendo feliz consintiendo el balón, su mejor amigo desde que abrió sus ojos en este mundo.
Integró varias selecciones Bolívar de futsalón, mostrando un alto nivel de desempeño. Siempre fue considerado un crack, un mago dentro de la cancha. Lea: Acord Bolívar: “Todos los premios de 2024 tienen un gran valor”
Pese a que su contextura física fue delgada, aparentemente débil, quitarle el balón en una cancha se convertía en una auténtica tortura para sus adversarios.
Hoy vive días dramáticos, complicados, difíciles. En ocasiones se deprime muchísimo, pero vuelve a levantar su ánimo, a darle gracias a Dios y sigue hacia adelante como todo un campeón de la vida.
Y sí que es un campeón. A Luis Carlos le amputaron sus dos piernas, lo más preciado para su vida. Ya no puede patear el balón, tampoco caminar, no tiene Seguridad Social y tampoco la posibilidad de tener unas prótesis para mejorarle su calidad de vida. Su vida se le volvió un caos en un abrir y cerrar de ojos.

“Es una enfermedad hereditaria, ya murió una tía de Lupus, en la mujer es letal. En mi caso me dio un trombo en una pierna y tuvieron que amputármela, al cabo de un tiempo me dio otro trombo en la otra y tuvieron que hacer lo mismo. Me quedé sin piernas, sentí que se me acabó la vida”, dice con voz entrecortada Luis Carlos.
El cruel relato de Luis Carlos
Hoy, a sus 37 años, recuerda cómo se enteró de la noticia que tenía Lupus. “A los 18 años me enteré que tenía esa enfermedad, pero no le ‘paré bolas’. Yo no podía estar en el sol porque eso haría que el Lupus se me desarrollara, pero yo jugaba futsalón y fútbol en todos lados con el sol caliente. Patear un balón era lo que me hacía feliz”, comenta el joven que alcanzó a jugar futsalón profesional en Rinocerontes de Cartagena y Bolívar Avanza. Lea también: Nabil Crismatt, nuevo refuerzo de Tigres de Cartagena
Unos cuantos años después, el Lupus comenzó a desarrollársele. “Me salieron algunas bolas en el cuerpo y eso sí me preocupó bastante. Me amputaron la primera pierna en el 2020 y la otra hace un par de meses”.
Mendivil viene de un barrio humilde
Vive en el populoso barrio de Las Lomas. Tiene dos hijas, una de 8 años y la otra de 6. “Esas pelaitas son mi adoración, las amo y no quieren fiesta conmigo”, asegura Mendivil, a quien últimamente sus amigos del futsalón le han ayudando haciendo rifas para recogerle un dinero que le permita solventar la difícil situación.
El gran sueño de Luis Carlos Mendivil
Todos los días le pide a Dios que le ayude a salir adelante. “Contar con unas prótesis sería buenísimo para mí, ojalá los mandatarios de turno, Dumek Turbay, alcalde de Cartagena, o Yamil Arana, gobernador de Bolívar. Esto es duro, mi situación es difícil, quiero mejorar mi calidad de vida”, recalca.
Su papá José Luis Mendivil falleció hace 23 años. Su mamá, Zeneida Palomeque, quien trabaja en una casa de familia, es la que le da todos los días el bocado de comida. “Mi vieja es una dura, una guerrera, la amo”, dice Mendivil.
Mendivil se la pasa viendo muchos partidos de fútbol por televisión, ese es su principal pasatiempo. También escucha música, en especial la champeta.
“Un día soñé que tenía prótesis y que caminaba, ojalá y se cumpla ese sueño”, remata.