Las últimas semanas en el club rossoneri no han sido las mejores, ya que el rendimiento tanto en el campo como en los resultados ha dejado mucho que desear.
El bajo nivel futbolístico del equipo y la acumulación de malos resultados, con el reciente empate ante la Roma en el Giuseppe Meazza como punto crítico, fueron factores claves que llevaron a la dirección del club a tomar la decisión de realizar un cambio en el banquillo. Te puede interesar: Daniel Muñoz y Jefferson Lerma, figuras en la victoria de Crystal Palace
En horas de la mañana, el Milan sorprendió a sus seguidores al anunciar a través de su cuenta de X la llegada de su nuevo entrenador, Sérgio Conceição. Esta noticia llegó tras el despido de Paulo Fonseca, quien fue relevado de su cargo al finalizar la rueda de prensa posterior al partido entre el Milan y la Roma.
El club, buscando una nueva dirección tras los recientes malos resultados, decidió apostar por un cambio en su banquillo para intentar revertir la situación y encaminarse nuevamente hacia los objetivos trazados.
El técnico portugués llega al equipo italiano tras un largo y exitoso período al frente del Porto, donde dirigió al equipo desde la temporada 17/18 hasta la 23/24. Durante su tiempo en el club portugués, logró consolidarse como uno de los entrenadores más destacados, obteniendo tres títulos de liga, además de numerosa copas nacionales. Su experiencia y logros en el Porto lo convierten en una figura clave para intentar revitalizar al Milan y devolverlo a la senda del triunfo.
El entrenador portugués llega con la difícil tarea de recomponer el camino del equipo, que se encuentra lejos de los puestos europeos y sin conquistar un título desde la temporada 21/22. La presión sobre su trabajo es considerable, ya que deberá corregir una racha negativa y devolverle al club la competitividad que ha mostrado en años anteriores. Entérate: El futuro de Luis Díaz en Liverpool: ¿Qué dicen los medios ingleses?
Su primer gran desafío será enfrentar a la Juventus en condición de visitante el próximo 3 de enero, un partido clave que marcará el inicio de su era en el banquillo rossoneri.