En un lamentable giro de los acontecimientos, el esperado clásico entre América de Cali y Atlético Nacional por la final de la Copa BetPlay, disputado el día de hoy en el Estadio Pascual Guerrero, fue marcado por escenas de violencia y desmanes en las tribunas, lo que empañó una de las rivalidades más históricas del fútbol colombiano.
El partido, que comenzó con gran entusiasmo en la hinchada local, pronto se tornó en un caos cuando, a los 39 minutos del segundo tiempo, se desataron altercados en la barra brava. La situación se desbordó cuando varios grupos de seguidores se enfrentaron violentamente, lanzándose objetos y golpeándose, mientras la policía intentaba controlar la situación. Entérate: Atlético Nacional, campeón de la Copa BetPlay 2024
La tensa situación se extendió por varios minutos y obligó a la suspensión temporal del partido. Las autoridades de seguridad del estadio y la policía nacional trabajaron arduamente para dispersar a los agresores, quienes no solo lanzaron objetos hacia los jugadores en el campo, sino que también interrumpieron el normal desarrollo del encuentro. En medio de los enfrentamientos, se registraron varios heridos.
El partido no pudo reanudarse y, posteriormente, se oficializó la obtención del título para Atlético Nacional, culminando con el 3-1 global. Sin embargo, la emoción deportiva quedó opacada por el lamentable espectáculo de violencia en las tribunas.
Posteriormente, los desórdenes no se limitaron al interior del estadio, ya que las afueras del Estadio Pascual Guerrero se convirtieron en otro escenario de caos. Tras el término del partido, miles de hinchas se aglomeraron en las calles cercanas, lo que dio pie a nuevos enfrentamientos entre barras de ambos equipos.
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Finalmente, se espera que la Dimayor, como autoridad encargada de velar por el buen desarrollo del fútbol colombiano, tome acciones contundentes frente a estos incidentes de violencia. Las imágenes de los disturbios tanto dentro como fuera del estadio han dejado una profunda preocupación entre los aficionados y directivos, lo que exige una respuesta firme.