No creía Rafael Nadal en los finales de Hollywood, en esos desenlaces felices propios de las películas americanas. El mejor deportista español de todos los tiempos siempre defendió que no existía una forma ideal de retirarse. Sin embargo, el cierre de su carrera internacional en la Copa Davis, en el Palacio de los Deportes José María Martín Carpena de Málaga, no fue lo que él había imaginado. Enfrentado a Países Bajos, Nadal se vio obligado a asumir su despedida tras una eliminación que no estuvo a la altura de su legado.
La jornada comenzó con una emotiva recepción por parte del público malagueño, que se volcó con Nadal desde el primer momento. La organización preparó un homenaje a su trayectoria, consensuado con el propio jugador, que reflejaba el cariño y respeto que se le tiene a nivel mundial. A pesar de las emociones, la despedida del balear no fue la soñada. Desde antes de saltar a la cancha, Nadal ya sentía que el desenlace de este encuentro sería el más difícil de su carrera. Lea: Orgullo cartagenero: Díaz y García lideran la selección Colombia de Básquet
El primer partido de la serie, que enfrentó a Nadal contra Botic Van de Zandschulp, marcó el comienzo de un mal día para la Armada. El balear no pudo encontrar su mejor versión y sufrió una derrota dolorosa por 6-4 y 6-4. La presión aumentó aún más cuando Carlos Alcaraz y Marcel Granollers no lograron la remontada en el partido de dobles, donde cayeron ante la pareja neerlandesa formada por Wesley Koolhof y Jean-Julien Rojer. La derrota se consumó después de un duro 7-6(4) y 7-6(3) que sentenció la eliminación de España.
Wesley Koolhof, uno de los jugadores más temidos de este 2024 por su dominio sobre Granollers, se convirtió en el verdugo de la jornada. A pesar de los esfuerzos de la selección española, que nunca perdió la esperanza y luchó hasta el último punto, el partido de dobles se mostró como una montaña insuperable. Después de dos horas y once minutos, la victoria neerlandesa fue indiscutible. El desenlace fue un golpe inesperado para el jugador balear, que se veía obligado a asumir que ese podía ser su último encuentro en la Copa Davis.
La sensación de despedida fue aún más fuerte en el caso de Nadal, quien, en palabras propias, admitió que no se sentía en su mejor forma física. La falta de partidos durante los últimos años, sumada a las lesiones y a la falta de continuidad, había pasado factura.
Desde principios de 2024, cuando parecía haber recuperado su salud, su cuerpo no respondió como esperaba. En este contexto, la retirada se volvió una realidad ineludible, y ese día en Málaga parecía el último capítulo de su legendaria carrera.
Con la eliminación ya consumada, Carlos Alcaraz emergió como el último bastión de España. El joven murciano, que aún no tiene la experiencia de Nadal en competiciones internacionales, demostró que tiene todo lo necesario para liderar a la selección en el futuro. Alcaraz se impuso a Tallon Griekspoor, el número uno neerlandés, por 7-6(0) y 6-3, cerrando el partido en menos de una hora y media. Esta victoria, aunque llegó demasiado tarde para salvar a España, reafirmó su condición de heredero natural de Nadal.
Con este resultado, España quedó eliminada de la Copa Davis, pero la figura de Rafael Nadal siguió siendo la gran protagonista. A lo largo de su carrera en el torneo, el balear acumuló 29 victorias, desde su debut en 2004, cuando cayó ante Jiri Novak en Brno, hasta este último revés. Aunque la derrota fue amarga, su legado sigue siendo indiscutible. Lea: Vogt y Murphy reciben el premio de Mánagers del Año en Grandes Ligas
Su adiós de la Copa Davis, y posiblemente del tenis internacional, cierra una era, pero abre un nuevo capítulo con el relevo de Alcaraz, que apunta a ser la gran estrella del tenis español en los próximos años.