Estados Unidos se prepara para albergar los próximos grandes eventos deportivos mundiales: la Copa del Mundo de 2026 y los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028. Con el reciente resultado de las elecciones, la atención de los organizadores de ambos eventos está centrada en las decisiones que tomará el presidente electo Donald Trump, especialmente en temas como visados y medidas de seguridad, cuestiones que inevitablemente llegarán a su despacho.
Estos eventos, además de su magnitud deportiva, son momentos culturales de alcance global que buscan unificar a personas de diferentes nacionalidades y culturas. Sin embargo, la diplomacia se torna fundamental para que tanto la FIFA, el ente rector del fútbol, como el Comité Olímpico Internacional (COI) logren construir un ambiente de cooperación con la nueva administración. En este contexto, las políticas de migración y seguridad serán claves para determinar la recepción y el desarrollo de estos eventos en territorio estadounidense.
En cuanto a la FIFA, parece estar en una posición más favorable para establecer una relación cordial con el presidente Trump, gracias a interacciones previas y gestos recientes. El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, felicitó públicamente a Trump a través de sus redes sociales, mostrando una apertura para dialogar y mantener un vínculo fluido. Esta acción se destaca frente a la postura más formal del COI, que hasta el momento no ha emitido ningún comentario público sobre los resultados electorales.
La relación entre el COI y Trump, sin embargo, ha sido algo tensa desde su primer mandato. En 2017, Thomas Bach, presidente del COI, visitó la Casa Blanca, una reunión que dejó un mal recuerdo en la comunidad olímpica. En un comentario privado, Bach expresó sus preocupaciones sobre el rumbo de la diplomacia deportiva en Estados Unidos con una frase que dio la vuelta al mundo: “Oren por nuestro mundo”.
Los desafíos no terminan ahí. Las políticas de Trump en torno al deporte y la inclusión también generan incertidumbre. Durante la campaña, Trump se refirió de forma polémica a temas de género en el deporte, prometiendo “mantener a los hombres fuera de los deportes femeninos”. Aunque en deportes como atletismo, natación y ciclismo ya existen regulaciones para atletas transgénero, el tema sigue siendo delicado y podría convertirse en un punto de fricción para la comunidad olímpica.
Por su parte, la FIFA parece tener un canal de comunicación más abierto con Trump, lo cual será esencial para abordar posibles temas conflictivos, como la clasificación de Irán para la Copa del Mundo y sus implicaciones políticas. Trump e Infantino se han mostrado cercanos en el pasado, incluso en el Foro Económico Mundial de Davos en 2020, donde Trump elogió públicamente al líder de la FIFA, llamándolo “mi gran amigo”.