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El nocaut que convirtió a Pambelé en leyenda

Se cumplen 52 años del título logrado por Pambelé ante ‘Peppermint’ Frazer.

El nocaut que convirtió a Pambelé en leyenda

Pambelé fue un grande entre los grandes. Su pegada era demoledora. //ARCHIVO

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Por: Hegel Ortega Madero Especial para El Universal

Era el 28 de octubre de 1972, una noche que cambiaría para siempre el rumbo del deporte colombiano. Mientras la arena del Gimnasio Nuevo de Ciudad de Panamá retumbaba bajo los pies de miles de espectadores, Antonio Cervantes, mejor conocido como ‘Kid Pambelé’, se preparaba para el combate de su vida. Frente a él, Alfonso “Peppermint” Frazer, el campeón mundial de los welter Junior de la Asociación Mundial de Boxeo, un hombre al que pocos creían que Cervantes podría vencer. Pero, con cada golpe que se acumulaba en los puños de Pambelé, también se concentraba el sueño de millones de colombianos que, hasta entonces, veían el éxito deportivo como un espejismo lejano.

Colombia antes de Pambelé: Un país sin rumbo en el deporte

Antes de Pambelé, Colombia no figuraba en el mapa deportivo internacional. El país había celebrado triunfos aislados, como las hazañas de los ciclistas en la Vuelta a Venezuela o las medallas olímpicas de Helmut Bellingrodt en 1972 y los boxeadores Clemente Rojas y Alfonso Pérez, pero esos éxitos carecían de continuidad. Para muchos, el deporte colombiano era una promesa incumplida, un territorio de frustración donde las grandes aspiraciones se desvanecían en el escenario global. Lea aquí: Este lunes se cumplen 52 años del título mundial de boxeo de Pambelé

Las escasas victorias, como las logradas en el ciclismo regional, parecían sombras efímeras frente a las potencias europeas y americanas. Colombia, un país dividido por la desigualdad y la violencia, veía el deporte de élite como una tierra inalcanzable, destinada a otros. Pero todo eso cambió en aquella noche de octubre de 1972, cuando Pambelé, con su puño izquierdo, derrumbó algo más que a su oponente: acabó con el complejo de inferioridad deportiva que llevaba décadas sobre los hombros de los colombianos.

Un golpe que resonó más allá del cuadrilátero

En el décimo asalto, cuando la pelea parecía inclinada hacia el lado del panameño, Pambelé encontró el momento perfecto. Su mano izquierda se movió con precisión quirúrgica, conectando un golpe fulminante en el rostro de Frazer. El campeón cayó al suelo, la multitud contuvo el aliento y, en esos segundos, Pambelé no solo ganó el combate; conquistó el corazón de toda Colombia.

Pambelé fue grande entre los grandes. Hoy es un día especial para él y todos los colombianos. //ARCHIVO
Pambelé fue grande entre los grandes. Hoy es un día especial para él y todos los colombianos. //ARCHIVO

“Yo estaba perdiendo la pelea hasta ese décimo round. Pero con ese golpe todo cambió”, recordaría años después Cervantes, quien no solo derribó a un rival, sino que acabó con la percepción de que los colombianos no podían alcanzar el estrellato en los grandes escenarios deportivos del mundo. Frazer se levantó una vez, pero no pudo soportar la furia de los siguientes golpes del boxeador de San Basilio de Palenque. El nocaut fue definitivo, sellando el primer título mundial de boxeo para Colombia.

Un país entero sobre los hombros de Pambelé

El triunfo de Pambelé no fue solo suyo. En sus guantes parecía concentrarse la frustración de una nación que hasta entonces había sido invisible en la esfera deportiva mundial. La historia del propio Pambelé es un reflejo del contexto social de la época: nacido en la pobreza más absoluta, trabajando desde niño como lustrabotas y vendiendo cigarrillos de contrabando en las calles de Cartagena, su ascenso al estrellato fue tan inesperado como heroico.

Ese triunfo representaba mucho más que un título mundial; era la esperanza de un pueblo que, hasta ese entonces, no tenía a quién admirar en los escenarios internacionales. Su victoria fue el inicio de una nueva era para el deporte colombiano, abriendo camino para figuras como Miguel ‘Happy’ Lora, Rodrigo ‘Rocky’ Valdez y otros campeones que siguieron sus pasos. Le puede interesar: Un día Pambelé fue campeón del mundo y nos enseñó a ganar en el deporte

Una victoria que cambió más que el boxeo

Pero los efectos del triunfo de Pambelé se extendieron más allá del ring. Su victoria llevó mejoras tangibles a su natal San Basilio de Palenque, el primer pueblo libre de América, que hasta ese entonces carecía de servicios básicos. Con la fama de su hijo ilustre, llegaron las obras: acueductos, energía eléctrica y una carretera que conectaba el pueblo con el resto del país. Pambelé, que había salido de allí buscando una vida mejor, se convirtió en un símbolo de progreso y superación.

Pambelé, ídolo de todos, hizo vibrar a un país con su grandeza. //ARCHIVO
Pambelé, ídolo de todos, hizo vibrar a un país con su grandeza. //ARCHIVO

En las calles de Cartagena y Palenque, el nombre de Pambelé era sinónimo de orgullo, de un hombre que, contra todo pronóstico, se alzó como un gigante. Lo que había comenzado como una carrera llena de dificultades y derrotas tempranas, culminaba con el reconocimiento del mundo entero.

El legado inmortal de Pambelé

Antonio Cervantes defendió su título mundial en 18 ocasiones, una hazaña que lo inscribió para siempre en el salón de la fama del deporte. Y aunque su vida personal enfrentó momentos oscuros tras su retiro, su legado como el pionero del boxeo colombiano permanece intacto. De las 106 peleas que disputó, ganó 91, 45 de ellas por nocaut. Fue campeón mundial dos veces, manteniendo el título entre 1972 y 1980.

Hoy, a más de 50 años de esa noche en Panamá, la figura de Pambelé sigue siendo un recordatorio de lo que se puede lograr con perseverancia, talento y coraje. El 28 de octubre debería ser celebrado como el “Día Nacional del Deporte”, en honor al hombre que llevó a Colombia a la cima del boxeo mundial por primera vez. Lea más: Buenos días, deportes: Pambelé nos hizo grande en el deporte hace 52 años

Pambelé noqueaba una y otra vez a sus rivales.//ARCHIVO
Pambelé noqueaba una y otra vez a sus rivales.//ARCHIVO

Pambelé no solo fue el primer campeón mundial de boxeo de Colombia; fue el hombre que, con sus puños, abrió una puerta que jamás se volvería a cerrar.

El Ministerio de Educación Nacional, y el Ministerio Del Deporte al igual que él Comité Olímpico Colombiano, están en mora de solicitar ante la Secretaría Perpetua de la Real Academia Española la inclusión del colombianismo Pambelé como sustantivo sinónimo de triunfo deportivo.

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