Un épico triunfo en Montilivi. Cristhian Stuani, con nervios de acero, selló la victoria del Girona ante el Athletic Club con un penalti en el minuto 99, poniendo fin a una racha de seis partidos sin ganar (2-1). El gol llegó tras un emocionante duelo en el que Paulo Gazzaniga se erigió como el héroe, deteniendo dos penales, uno de ellos en dos ocasiones consecutivas, frustrando al equipo de Ernesto Valverde.
El Girona, ansioso por redimirse, salió decidido desde el inicio. Con un Asprilla activo y una posesión abrumadora, los locales dominaban en el campo, aunque fue el Athletic quien generó las primeras ocasiones de peligro. Lea aquí: ¡Colombia celebra! David Alonso es el campeón mundial del Moto3
Un penalti señalado por el VAR tras una falta de Arnau Martínez brindó la primera oportunidad a los visitantes, pero Gazzaniga detuvo el disparo de Álex Berenguer, marcando el comienzo de su exhibición.
El partido subió de tono cuando Asprilla adelantó al Girona con un centro envenenado que engañó a todos, incluyendo al portero rival Álex Padilla. Sin embargo, la alegría duró poco, ya que Oihan Sancet igualó el marcador poco después con un gol cruzado tras un ingenioso pase de cuchara de Berenguer.
El Athletic buscaba adelantarse, pero Gazzaniga se lució nuevamente. El VAR intervino y se pitó otro penalti a favor de los visitantes, pero el argentino volvió a frenar los intentos bilbaínos, primero deteniendo el disparo de Iñaki Williams y luego repitiendo la hazaña ante Ander Herrera, tras una repetición del penalti. Le puede interesar: Video: así fue la lesión de Dani Carvajal, salió entre llantos y gritos
Con el marcador aún igualado, el Girona buscaba la victoria. Yangel Herrera y Stuani estuvieron cerca, pero Padilla, portero del Athletic, también fue clave con grandes paradas. Sin embargo, el partido se decidió en el tiempo añadido. Un claro agarrón dentro del área de Aitor Paredes sobre Ladislav Krejci fue revisado por el VAR, y Stuani convirtió el penalti, sellando una victoria agónica para los locales. Montilivi explotó de alegría con tres puntos vitales para el equipo de Míchel.