Si se tiene talento y se trabaja bien, con mucha disciplina, los sueños se cumplen.
Gustavo Campero está feliz, muy feliz, pues en 2024 cumplió su deseo de subir a las Grandes Ligas, en donde solo juegan los mejores peloteros del mundo.
Nacido en Nuevo Agrado, Córdoba, Gustavo recordó las necesidades que debió pasar para abrirse paso en la ‘pelota caliente’. Gustavo Campero, otro colombiano en las Grandes Ligas
“Las calles de mi pueblo no estaban pavimentadas, cuando llovía mi pueblo era puro barro, nos tocaba amarrarnos unas bolsas en los pies para poder ir al colegio, así pasaba siempre, esas fueron las condiciones en las que yo me levanté”, dijo Campero, en entrevista en Buenos días, deportes de El Universal.
Viene de abajo
Es un joven de clase humilde que gracias al béisbol ha salido adelante. “Nací y me crie en un pueblo pequeño, aquí todo el mundo se conoce, somos como tres mil personas, estoy orgulloso de donde vengo. Yo vivía en una casa de palma, cuando mi hermano se graduó como soldado profesional comenzó a meterle los primeros ladrillos, cuando logré firmar ayudé a remodelar la casa”, comenta.
No le tocó fácil, pero al final valió la pena cada sacrificio. “Todos los días me iba a pie a entrenar, caminaba más de 30 minutos hacia San Antero, llegaba a mi casa a las 7 de la noche, me tocaba ponerme a estudiar, terminé mi bachillerato, me pasaron muchas cosas, pero siempre estuvo ahí la disciplina, yo no he sido el más talentoso en el béisbol, pero sí el más disciplinado y respetuoso con mis entrenadores, eso me hizo llegar a las Grandes Ligas”, recalca Gustavo, de 27 años, de un metro 67 centímetros de estatura y 83 kilogramos de peso.
Después de tantos años de lucha vino la recompensa para él. “Siempre guardaré en mi corazón el primer turno, el primer hit y mi primer jonrón en las Grandes Ligas, son cosas que las tengo vivas en mi mente”.

Un buen año
Le fue bien en su primer año en las Grandes Ligas con los Angelinos, con 13 juegos, 46 turnos al bate, 11 hits, 1 triple, 1 jonrón, 6 carreras anotadas, 6 remolcadas, 9 ponches y cero bases por bolas. Jugó en la posición de jardinero derecho.
Su firma en el béisbol organizado se dio en 2016 con los Yanquis de Nueva York, a donde llegó como receptor, pero él asegura que de niño jugó todas las posiciones, gracias a las enseñanzas de Donaldo Santos, su primer mánager.
“Quiero ser un utilility completo, jugar todas las posiciones porque todos los peloteros élites necesitan descansar, quiero mantenerme saludable, lo que yo estoy buscando es mantenerme en Grandes Ligas, el infield no es extraño para mí, lo trabajaré ahora en el Campeonato Profesional de Venezuela, a finales de este año”, dice sin titubeos Campero, quien se puso de moda en el remate de la temporada con la divisa de Los Ángeles. Los Mets de José Quintana pasan a la Serie Divisional de las Grande Ligas
“Sí se puede”
Aún recuerda el día que recibió el llamado al equipo grande. “Cuando me llamaron a las Grandes Ligas sonreí mucho porque era algo que ya me había dibujado en mi mente, me disfruté mucho ese momento, le di gracias a Dios. A los niños les digo que se motiven, yo tuve muchos percances, mi edad, la poca estatura, las dificultades con las que crecí y aquí estoy, sí se puede”.
Conoce perfectamente sus condiciones y sabe lo que puede dar. “Bateo a la izquierda y a la derecha, donde me pongas juego bien, desde muy chico lo estoy haciendo. Soy pequeño de estatura, pero bateo fuerte, tengo un poder decente, este año bateé 15 jonrones, no pienso en batearlos, pero sé que puedo darlos, en una temporada larga”, agrega.
Al preguntarle por el 2025, Campero responde de una: “Me veo en la próxima temporada en el Juego de las Estrellas, peleando un MVP, jugando todos los días y ganando una Serie Mundial. Yo soy un soñador y trabajo para cumplir mis sueños. Estamos listos para seguir compitiendo”.