Un día especial para la Selección Argentina: la despedida de Ángel Di María, una leyenda que dejó una huella imborrable en la historia del fútbol argentino. En el icónico estadio Monumental de Buenos Aires, ante miles de aficionados, “Fideo” salió a la cancha acompañado por su esposa, Jorgelina Cardoso, y sus dos hijas, Mía y Pía, en una noche cargada de emociones. Te invito a leer: Cristiano, sobre su gol 900: “Puede parecer un número fácil pero no lo es”
El estadio se oscureció y en la pantalla gigante comenzó a proyectarse un video que recopilaba momentos inolvidables del paso de Di María por la Selección. Las imágenes iban acompañadas de un conmovedor texto escrito por Mía, su hija mayor. Las primeras lágrimas de Angelito no tardaron en aparecer mientras su familia, a su lado, compartía esa profunda emoción. Al terminar el video, se fundieron todos en un abrazo que selló ese instante tan íntimo y especial.
El tributo continuó con un mensaje grabado de Lionel Messi, el compañero inseparable de Di María en tantas batallas futbolísticas, que hizo que la emoción en el Monumental creciera aún más. Tras las palabras de Messi, las luces del estadio volvieron a encenderse, y el público estalló en aplausos. Te invito a leer: Bolivia goleó a Venezuela en su casa; lo liquidó en el primer tiempo
Sobre el césped, el cantante Abel Pintos interpretó la canción “No me olvides”, mientras que el resto de los campeones de la Selección Argentina salieron al campo para unirse a este sentido homenaje. El estadio vibró con una mezcla de nostalgia y gratitud por el legado de Di María, quien, tras una carrera brillante, se despidió de la Albiceleste con el cariño incondicional de todo un país.