El danés Jonas Vingegaard no dejó atisbo a la sorpresa y conquistó este domingo su primer Tridente, haciendo valer sus dos exhibiciones en las dos etapas precedentes de una Tirreno Adriático que puso el fin con la victoria del italiano Jonatan Milan (Lidl-Trek) tras un recorrido de 154 km con inicio y fin en San Benedetto del Tronto con los últimos 80 km sin ascensos.
Subcampeón en 2022, Vingegaard no dejó escapar su oportunidad para añadir el Tridente a su palmarés, en el que incluye dos Tour de Francia rubricados de manera consecutiva. La “carrera de los dos mares” tuvo un solo dueño, un ciclista que gestionó a la perfección cada recorrido, que exhibió superioridad en los momentos claves con ataques únicos e implacables. Lea aquí: Jorgenson se proclama rey de la París Niza, la última etapa fue para Evenepoel
El español Juan Ayuso (UAE) fue el primero del resto, el primero de los mortales, a 1:24 minutos en la general. Se quedó, además, con la ‘Maglia Bianca’, la del líder de jóvenes. La ‘Maglia Ciclamino’, del líder de puntos, se la acabó llevando Milan, protagonista absoluto del día.
Una clase magistral, la de Vingegaard, entre el Tirreno y el Adriático que cerró con el recorrido en San Benedetto del Tronto, pegado al Adriático, con un circuito cerrado final de 15 kilómetros a repetir 5 veces en el que la fuga inicial cedió a la voluntad del pelotón, que controló sin problemas en una etapa de escasa dificultad y en la que Milan puso el colofón final con un esprint perfecto que firmó su segunda victoria de la semana. Lea aquí: Estos fueron los vencedores de la Maratón de Barranquilla 2024
Milan se lleva el esprint, pero Vingegaard levantó el Tridente$>
Neutralizada la fuga, el esprint empezó entonces a coger forma. La carrera iba según lo previsto. El pelotón controló la fuga y en cuanto apretó acabó con la resistencia de los 6 escapados para empezar a preparar el terreno a los velocistas para la esperada ‘volata’ final. Los equipos empezaron a pelear por los mejores puestos y en el último kilómetro se decidió todo.
Organizó una buena estrategia el Uno-X, que lanzó primero, pero de poco sirvió a Alexander Kristoff ante el esfuerzo y el golpe de riñón de un Milan que incluso se rozó con el belga Jasper Philipsen (Alpecin Deceuninck) en el rueda a rueda. Negó con la cabeza el belga en la entrada a meta al no haber podido llegar fresco y competir.
Pero la gloria final fue del mejor ciclista del grupo, de un Vingegaard que está recuperando su mejor forma para afrontar su verdadero reto. Porque el danés, a años luz del resto en esta competición, quiere su tercer Tour de Francia consecutivo.